En desarrollo de dos operaciones de interdicción marítima, autoridades de Colombia, Estados Unidos, Panamá y Honduras, evitaron que 7,9 toneladas de cocaína que eran transportadas por el mar Caribe, llegaran a su destino en Centroamérica.
La primera operación se desarrolló en el área de Porvenir, archipiélago de San Blas en Panamá, cuando gracias al intercambio de información con la Armada de Colombia, autoridades de Panamá y Estados Unidos interceptaron un velero de nombre “Intaka”, en cuyo interior fueron hallados 3.454 kilos de clorhidrato de cocaína, mezclados con el combustible de la embarcación.
La motonave de bandera americana, en la que se encontraban un español y una colombiana, había zarpado desde Cartagena, con destino al puerto de Colón, en Panamá.
La otra operación se desarrolló en aguas internacionales, a 160 millas náuticas de la Isla de San Andrés, sitio donde fue detectado un semisumergible con capacidad para almacenar aproximadamente 4.5 toneladas de cocaína.
Un avión patrullero marítimo de Estados Unidos avistó la nave, en la que se encontraban cuatro colombianos y un hondureño, que al notar la presencia de las autoridades en la zona, hundieron el semisumergible.
Actualmente, las unidades de Estados Unidos y Honduras vigilan el área, a la espera de realizar maniobras para reflotar el artefacto y su carga.
Los sujetos capturados en las dos operaciones, junto con el alcaloide fueron puestos a disposición de las autoridades de Panamá y Honduras respectivamente.
En las dos operaciones de interdicción marítima, la Armada Nacional realizó intercambio de información con las autoridades de estos países, en el marco de los acuerdos marítimos suscritos, con el fin de combatir el flagelo del narcotráfico y negar el uso del mar a los narcotraficantes
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