Investigadora se disparó con arma de su compañero

Desconcierto, dolor y preocupación. Eso deja entre sus compañeros y colegas la muerte de la abogada e investigadora del CTI de la Fiscalía María Cristina Cabarcas Suárez, de 49 años. La funcionaria acabó con su vida ayer a las 8:20 de la mañana, luego de agarrar de una mochila la pistola 9 milímetros de dotación oficial de otro miembro de ese organismo. En esos momentos trabajaban nueve investigadores en la oficina de la Unidad de Estructura y Apoyo del Cuerpo Técnico de Investigaciones –CTI-, en el tercer piso de la Fiscalía Seccional de Cartagena, en Crespo. Cabarcas le preguntó a su compañero sí tenía su arma y tras recibir una respuesta afirmativa, se fue al puesto del otro funcionario, sacó la pistola, caminó a su escritorio y allí se disparó a la cabeza. Murió en el acto. El impacto hizo que todos salieran de sus oficinas. Al conocerse lo que ocurrió, se ordenó el cierre de atención al público. Muchas personas que esperaban subir para resolver alguna diligencia judicial debieron regresar a las 2 p.m. En la portería, el vigilante les informó que no podían ingresar por una novedad. Por tratarse de una compañera, los funcionarios de Criminalística del CTI se declararon impedidos para realizar la inspección judicial al cadáver. El levantamiento lo hicieron agentes de la Sijín. El cuerpo de María Cristina fue retirado de la Fiscalía a las 11 a.m. y llevado a la morgue de Medicina Legal. Allí, sus familiares se mostraron parcos al hablar con la prensa y sólo se limitaron a informar que Cabarcas Suárez tenía 18 años de estar laborando en la Fiscalía. Otros allegados dicen que la mujer se casó hace menos de dos semanas y deja una hija, de 14 años. Hace dos días se mudó al lado de la casa de su hermana, en Las Gaviotas. Aunque no profundizaron si tenía motivos para acabar con su vida, un allegado dejó entrever que en los últimos días la vieron agotada por su trabajo. Atendida por estrés Una funcionaria de Salud Ocupacional que atiende los casos en la Fiscalía Seccional de Cartagena asegura que María Cristina Cabarcas fue valorada recientemente por problemas de estrés y depresivos derivados de situaciones laborales y personales, y también por temores psicológicos. La empleada de ese organismo aclara que no fue radicada como una paciente psiquiátrica, y sólo le brindaron atención y apoyo cuando lo pidió. Confirma que no manejaba armas. Freddy Machado, juez Primero Penal del Circuito de Cartagena y secretario nacional de Asonal Judicial, afirma que son preocupantes los altos niveles de estrés que hay entre algunos funcionarios de la Fiscalía. Para Machado, la angustia se refleja por el poco personal que hay para la cantidad de trabajo que tiene la Fiscalía. “Ese problema, y la remuneración, es algo que hemos pedido de tiempo atrás en las huelgas, pero aún no se ha definido”. El Juez Primero Penal dice que tampoco hay seguimiento a los casos de salud ocupacional, que en muchas ocasiones son de tipo depresivo. “Es necesario que se revisen los casos que existen, y que demuestran los niveles de estrés en varias oficinas”, precisa el funcionario judicial.