Investigan asesinato de fiscal en El Laguito

Playa, sol, muchas personas y un sector acantonado por las autoridades. Todos los elementos indicaban un plan “suicida”, pero el joven tenía claro su objetivo y debía lograr su oscuro cometido a cualquier precio.
Ayer, a las 10:30 de la mañana, llegó a las playas de El Laguito, cerca del kiosco El Bony, se mezcló entre los turistas y localizó a Jorge Alberto Sanín Ramírez, Fiscal 3 de la Unidad de Infancia y Adolescencia de Riohacha, La Guajira.
El hombre, que llegó a Cartagena para asistir a la versión 33 del Congreso Colombiano de Derecho Procesal, yacía sentado en una silla junto a una mujer, bajo la sombra de una carpa, cuando el joven se le vino por detrás y le dio dos balazos, uno en la cabeza y otro en el tórax, ante la mirada impávida de comerciantes y turistas.(lea: Baleado fiscal)
Los balazos causaron el pánico y todo el mundo echó a correr, pero el presunto agresor, de 17 años, no se saldría con la suya. Mientras al herido, de 47 años, lo llevaban al Nuevo Hospital Bocagrande en un taxi, una multitud persiguió al joven cuando intentaba huir. Lo agarraron unos metros antes del CAI de Bocagrande. Al joven lo entregaron a la Policía, después de darle una gran golpiza.
Mientras, el fiscal se debatía entre la vida y la muerte en el hospital, donde ingresó a la sala de cirugías de inmediato. Los minutos y las horas fueron pasando y al centro médico llegaron colegas del jurista, que también participaban en el congreso de derecho.
Aunque el estado del fiscal era crítico, todos esperaban que un milagro lo librara de la muerte. Pese a todas las oraciones, a la 1:30 de la tarde, tres horas después del atentado, el fiscal falleció en una camilla de la Unidad de Cuidados Intensivos.
En Cartagena se rumora que el joven pudo haber atacado al fiscal porque este, supuestamente, puso preso a su papá. Pese a ello, el comandante de la Policía en Cartagena, general Carlos Rodríguez, niega estos rumores y asegura que se están haciendo las investigaciones pertinentes para esclarecer los verdaderos móviles del crimen.
Le pasó por el frente
Se supo que Sanín Ramírez llegó a Cartagena hace dos días para asistir a un congreso de derecho que se realizó en el Centro de Convenciones.
Dicen que el hombre se hospedó en un hotel en Bocagrande y ayer, a la 10:20 de la mañana, diez minutos antes que lo sorprendiera su asesino, llegó a las playas de El Laguito.
Alquiló una carpa y se sentó junto a una mujer. Testigos aseguran que cinco minutos después, su verdugo le pasó por el frente. Dicen que pasó por el lugar más de cinco veces, para reconocer por completo a su víctima.
“El ‘pelao’, delgado y moreno, se acercó al señor y le disparó por detrás. Un comerciante del sector le gritó y el asesino empezó a correr. Varias personas lo perseguían y este les empezó a apuntar con su arma. Una de estas gritó que venía la Policía, y fue cuando el ‘pelao’ tiró el arma y siguió corriendo. Cerca del CAI de Bocagrande lo cogieron y lo golpearon todo. Luego llamaron a la Policía y lo entregaron”, relata un testigo del hecho.
El joven fue llevado en una patrulla a la Clínica Cartagena del Mar. Luego, la Policía lo dejó a disposición de un juez de menores en la Casa de Justicia de Canapote.
Con amenazas
Este medio conoció que el fiscal asesinado manejaba casos de menores al servicio de bandas criminales en La Guajira. Se sabe que denunció en días pasados, a medios de comunicación, que era víctima de las amenazas de un menor, de 14 años, al que habría judicializado. También se supo que Sanín manejaba el caso de alias ‘Motor’, un menor al que investigan por 9 homicidios perpetrados en Riohacha.
De Antioquia
Jorge Sanín era antioqueño, pero se crió en Barranquilla. Deja dos hijos, de 20 y 13 años, y estaba casado con Liliana Socarrás Baute, gerente de una EPS en la capital de La Guajira. Era egresado de la facultad de derecho de la Corporación Simón Bolívar de Barranquilla y tenía especializaciones en Derecho Procesal y Derecho Administrativo. Se vinculó a la Fiscalía el 25 de noviembre de 2005.
El Segundo
El fiscal es el segundo jurista asesinado este mes, en un sector turístico. El primero fue Raúl Castilla, el 4 de septiembre, a quien un sicario acribilló en el Centro, en el edificio Salomón Ganem. Sus familiares dicen que no hay pistas del encapuchado que lo baleó.