Investigan muerte de ingeniera de Electricaribe

Sólo el resultado que arroje la necropsia practicada al cadáver en Medicina Legal determinará si la ingeniera de sistemas y funcionaria de Electricaribe Lidusvir Márquez Parra, de 43 años, se suicidó o fue víctima de un crimen. El cadáver de la mujer, oriunda de Barranquilla, fue encontrado ayer, a las 5 de la mañana, en uno de los espolones de las playas en Crespo. La Policía dice que problemas económicos habrían llevado a Lidusvir a lanzarse al mar y ser arrastrada por las olas al espolón. Sus amigas y compañeras descartan esa versión y presumen que hasta delincuentes comunes pueden estar detrás de su muerte. Medicina Legal va más allá y con muestras que tomó del cuerpo busca establecer si la ingeniera fue violada. “Estoy bien” Todos quieren saber que pasó en las últimas horas en la vida de Lidusvir. La ingeniera trabajaba en Electricaribe desde hace 15 años. Su horario normal terminaba todos los días a las 4 de la tarde. El martes, sin embargo, pidió permiso para salir media hora antes. De Chambacú, cuenta una de sus compañeras, se fue a su residencia, en el edificio Acuarelas, en Crespo. Salió después de las 5:30 p.m., tras cambiarse el uniforme por ropa particular y despedirse del menor de sus hijos, quien estudia bachillerato. Según uno de sus allegados, una de las diligencias que Márquez Parra pretendía realizar tenía que ver con una transacción financiera en un cajero automático. La ingeniera iba a pasar dinero de su cuenta a la de su marido, en Barranquilla, para pagar el semestre de la universidad de uno de sus hijos. No está claro si alcanzó a hacer la transferencia. A las 8:30 p.m., el hijo menor de Lidusvir llamó a su papá al celular para decirle que estaba preocupado porque ella no regresaba. El esposo logró comunicarse con la ingeniera y le preguntó por qué no había regresado a casa. Dice la amiga de la familia que Lidusvir contestó que se encontraba bien, que estaba enredada con algunas cosas y que dentro de poco iba a regresar. A las 10:30 p.m., el joven volvió a llamar a su papá para comentarle que aún su mamá no aparecía. A esa hora hubo una nueva comunicación entre los esposos. “Ella le dijo a él que no se preocupara, que estaba con una amiga, le dijo hasta el nombre, por lo que el esposo de ella quedó tranquilo. Después de eso no hubo más contacto. Hoy –ayer- nos en-teramos que nunca estuvo con esa amiga, porque ella no salió de su casa”, cuenta la compañera de la víctima. En vista que Lidusvir no respondía el celular, su esposo y otros hijos viajaron a Cartagena para buscarla. Recorrieron Crespo hasta las 5 de la mañana, cuando les avisaron que alguien había encontrado el cuerpo de una mujer.