El secreto que guardaba María* era tan pesado que muchas veces pensó que sólo la muerte podría liberarla. Desde los 11 años tuvo que soportar en silencio que su propio padre abusara sexualmente de ella. Al hombre poco le importaron las súplicas y las lágrimas de su hija para que la dejara en paz, al contrario amenazaba con matarla a ella y a su madre si le contaba lo que ocurría. Pero el miércoles, dos años después de haber comenzado los abusos, María se armó de valor para contarle a una de sus compañeritas del colegio el infierno que vivía en su hogar. “Yo le conté porque no aguantaba más. Muchas veces me desmayé en el colegio porque no soportaba el dolor en mi corazón. Siempre que me preguntaban por qué lloraba, yo decía que tenía dolor de cabeza, pero la verdad era que no podía aguantar más lo que mi papá me hacía”, dijo la menor. Cuando la amiga de María escuchó el desgarrador testi-monio de la menor, no dudó en contarle a un profesor el drama que vivía su compañera en su hogar. “Ella le contó al profesor, después él me preguntó a mí y yo le dije que todo era cierto. Enseguida me sacaron de clases y me llevaron donde la psicóloga, después a un hogar sustituto”, dijo María. Al ver que la menor no regresaba del colegio, la madre de María salió a averiguar el paradero de su hija. Al llegar a la institución educativa, le dijeron lo que sucedía, a su lado estaba su marido y padre de la menor. “Cuando la psicóloga le dijo, ella (la madre) empezó a llorar en el hombro de su esposo, en ese momento ella no sabía quién era el abusador y él empezó a consolarla. Después ambos se fueron a su casa”, dijo la madre sustituta del ICBF encargada del cuidado de María. El caso quedó posteriormente en manos de autoridades judiciales. Inocencia robada En un dramático testimonio lleno de dolor, María narró a los investigadores la vida de abusos a la que su padre la condenó siendo una niña. “Él comenzó a tocarme cuando tenía 11 años. Un día aprovechó que estábamos solos en la casa y me manoseó, yo le dije que no lo hiciera pero no me escuchó. Yo lloraba y le pedía que parara, pero no lo hizo. Me amenazó que si le contaba algo a mi mamá me mataba a mí y a ella”, relató la menor. Los abusos continuaron y el padre, quien vende zapatos en el Mercado de Bazurto, se valía de la soledad de la casa y del estado de indefensión de María para violarla. Incluso, relató la menor, en varias oportunidades la tocó de manera indebida cuando su madre estaba en la cocina de su propia casa preparando la comida. “No le importaba si mi mamá estaba en la casa, como me tenía amenazada yo no podía gritar ni decirle nada a ella. Además ella también trabajaba, así que pasábamos mis hermanos y yo mucho tiempo solos con él”, narró María. La menor, que vive en el barrio El Pozón, tiene 3 hermanos, entre ellos una niña de 12 años. Ella dice que teme que su padre le haga lo mis-mo. “Yo nunca he visto que le hace nada malo a mis hermanos, pero me da miedo que les hago lo mismo que a mí”, dijo. Confirmado Ayer la menor fue llevada al Instituto de Medicina Legal, donde un médico forense la examinó para determinar si María decía la verdad. El galeno confirmó que efectivamente la menor fue abusada sexualmente. El doctor recomendó que la niña recibiera atención psicológica para ayudarla a sobrellevar el drama que vive. Se supo que con las pruebas aportadas por los investigadores, en las próximas horas se expedirá una orden de captura en contra del padre de María. *Nombre cambiado
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