Lo asesinan por reclamar una imprudencia

No hubo otra razón. A Andrés Escamilla Cáceres lo mataron porque le reclamó al conductor de un Jeep colectivo una imprudencia que cometió.
La intolerancia del homicida, llenó de rabia y dolor no solo a los familiares de la víctima, sino también a muchos habitantes del barrio San Francisco, donde esta residía.
Allegados a Escamilla Cáceres aseguran que éste fue asesinado el lunes, a las 10 de la noche, en la carretera 46 del barrio La María.
Dicen que el comerciante, de 47 años, regresaba en su motocicleta a su casa cuando fue embestido por un Jeep colectivo, de placa LWH-403, que le invadió el carril.
Escamilla Cáceres perdió el control de su motocicleta, y se estrelló contra el pavimento.
“Él se raspó el brazo, y enseguida se levantó para reclamarle al conductor del Jeep por su imprudencia y arreglar los golpes que tenía la moto”, cuenta un familiar.
En esos momentos, un primo de Escamilla, que iba como pasajero en el vehículo, se bajó para intentar mediar en la discusión.
“Ellos empezaron hablando, pero de las palabras pasaron a los golpes. Mi primo le estaba dando más duro, entonces los separaron y el tipo se fue corriendo”, dice el familiar.
Regresa armado
Antes de abandonar el lugar, el conductor del Jeep advirtió que iba a regresar más pronto de lo esperado. Y así fue.
Minutos más tarde regresó armado con un revólver, calibre 38, al sitio del accidente. El sujeto sorprendió a Andrés Escamilla conversando con un hermano sobre lo ocurrido. Nadie se dio cuenta de que estaba armado para prevenirlo.
El individuo disparó en dos oportunidades contra Escamilla Cáceres, que en esos momentos se disponía a marcharse a su casa. Los tiros los recibió en el abdomen.
Buscando ayuda
Dos familiares de Andrés Escamilla se encargaron de buscar un taxi para trasladarlo al CAP del barrio La Esperanza. Otros alertaron a la Policía e iniciaron la persecución del asesino.
Una allegada de la víctima asegura que esta fue trasladada del CAP a la Clínica Crecer.
Los médicos le suministraron los primeros auxilios, pero murió cuando lo trasladaban a la sala de cirugía.
“Él estaba muy mal, cuando nos avisaron y llegamos a la clínica, los médicos lo estaban reanimando. Después nos informaron que había muerto”, dice una familiar de la víctima.
El homicida logró escapar. Unas personas dicen que escapó a pie y otras que huyó como parrillero en una motocicleta.
La Policía no ha reportado la captura del sujeto, de quien dicen tiene aproximadamente 25 años.
Vecinos de la víctima arremetieron contra el Jeep y le partieron todos los vidrios. La Policía intervino para evitar que le prendieran fuego.
La víctima
Andrés Escamilla vendía cócteles de camarón en las playas de Bocagrande. Cuando lo asesinaron, estaba regresando a su casa luego de su acostumbrada jornada laboral.
Sus familiares y amigos coinciden que era un hombre trabajador dedicado a su hogar, y a sus 3 hijos.
“Sólo queremos que se haga justicia y que si alguien ve al asesino lo denuncie. Acá en San Francisco todo el mundo lo ha visto, así que queremos que pague lo que hizo”, dice una familiar.
El cuerpo de Andrés Escamilla es velado en su vivienda en el barrio San Francisco.