Lo matan en confusos hechos

“No me voy a morir, yo soy fuerte”, fueron las últimas palabras que pronunció Reynaldo Ortiz Rubio, pero las fuerzas, del joven de 16 años de edad, no le alcanzaron para sobrevivir luego de recibir un disparo en la espalda. Los hechos ocurrieron en la madrugada de ayer, en la Calle Segunda de las Flores, en el barrio Ceballos. El joven murió antes de llegar a un centro asistencial. Según un amigo de Reynaldo, quien prefirió omitir su nombre, ellos se encontraban con varios amigos bailando en una discoteca cuando escucharon una algarabía en la calle. “Nosotros salimos a ver qué pasaba y nos dimos cuenta de que en la calle estaban unos policías que se querían llevar a un muchacho. Algunos habitantes al ver que estaban haciendo una injusticia se enfrentaron a los agentes”, dijo el joven. El testigo afirmó que algunas personas empezaron a tirar piedras y palos a los uniformados, quienes según él, respondieron accionando sus armas de fuego. “Cuando los policías empezaron a disparar, yo le dije a Reynaldo que mejor nos recogiéramos para evitar que nos pasara algo malo. Ibamos caminando para la casa cuando él cayó al piso”, dijo el amigo de la víctima. Al ver a Ortiz Rubio tendido en el piso, los amigos creyeron que estaba jugando, pero al acercarse a él, vieron que estaba herido. En un intento por salvarle la vida, los amigos de Reynaldo lo cargaron y empezaron a pedir auxilio. En una patrulla de la Policía lo llevaron a la Clínica San Juan de Dios, pero allí llegó sin vida. “Nosotros empezamos a gritar que lo habían matado, fue entonces cuando lo montaron en la patrulla. Mi amigo iba mal, el tiro le entró por la espalda y le salió por el pecho”, dijo el amigo. Nadie vio de donde salió la bala que impactó al menor, sin embargo, los familiares de la víctima dicen que sólo la Policía estaba disparando. Era una costumbre Un amigo de Reynaldo dijo que era normal que los domingos salieran a bailar al lugar donde el joven fue herido de muerte. “Siempre estabamos allá. Llegábamos a las 7:00 de la noche y a las 12:00 nos íbamos para la casa. Esta madrugada (ayer) él estaba en otra discoteca y como lo vi solo, lo llamé para que viniera donde estaba yo, al rato pasó todo”, dijo un amigo de Reynaldo. Martha Rubio, madre del menor, dice que estaba esperando a su hijo para acostarse a dormir cuando le avisaron que lo habían matado. “Yo nunca me acostaba sin que mí hijo llegara, lo estaba esperando cuando llegó el amigo a decirme que estaba muerto. Yo aún no lo puedo creer, si mi hijo no se metía con nadie”, dijo la madre. “Era un ‘pelao’ sano” Vecinos y amigos del joven, quien vivía en el barrio Nuevo Bosque, coinciden en que era un muchacho sano que no tenía problemas con nadie. “Él no se metía con nadie, era muy amigable y siempre tenía una sonrisa, nos duele mucho que le haya pasando eso”, dijo un vecino. Reynaldo cursaba noveno grado de bachillerato, pero por falta de recursos, el joven tuvo que dedicarse a ayudar a su papá en trabajos de tapicería. Responde la Policía Según el brigadier general Ricardo Restrepo, comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, sus agentes llegaron al barrio Ceballos para capturar a un sujeto, quien presuntamente había hurtado un celular. “Cuando los policías estaban haciendo el procedimiento, la comunidad quiso evitar la captura del sujeto y empezaron a agredir con piedras y palos a los uniformados”, dijo el oficial Restrepo añadió que en medio del enfrentamiento hubo disparos, pero aún no se ha determinado de donde provinieron. “Estamos haciendo todas las investigaciones pertinentes para saber quién disparó. Si se comprueba que fue un mal procedimiento de un uniformado, esta persona será entregada a la justicia para que responda por sus acciones”, añadió el comandante. El oficial invitó a la comunidad a que si tiene pruebas de lo que dicen, las presenten ante las autoridades. “Queremos que la comunidad diga la verdad”.