Sucesos


Los condenan por depravados

EL UNIVERSAL

11 de diciembre de 2010 12:01 AM

A Luis Fernando Herazo Alvarado no le importó que su hija, de sólo 8 años, le rogara que no la tocara porque le daba mucho miedo.
Tampoco que la niña amenazara con decírselo a su madre si volvía a insinuarle cosas feas, como ella decía.Nada  hizo que el hombre, de 26 años, dejara en paz a su propia hija.
Por eso, el sujeto planeó todo para abusar de su hija en su casa, en el barrio Canapote.
Herazo Alvarado fue a buscar a sus dos hijos a la casa de su ex mujer, en el barrio San Fernando, con la excusa de llevarlos a piscina.
Luego de pasar un par de horas con los dos menores en un centro recreacional, los llevó hasta donde él vivía.
Según relató la niña a las autoridades, ella se fue a bañar y cuando salió del baño se dirigió a una de las habitaciones de la casa para cambiarse.
Luis Fernando Herazo se fue tras de ella, y la tiró en la cama.
En su dramático relato, la niña cuenta que su padre empezó a tocarla en sus partes intimas.
Ella empezó a gritar pidiendo auxilio, pero una tía suya, quien se encontraba en la residencia, no se atrevió a entrar a la habitación. El hermano de la niña fue quien llegó al escuchar los gritos de ésta.
Al verlo, el padre la soltó, y ella sólo atinó a decir que él le estaba haciendo cosquillas.
Antes de llevar a los dos niños a la casa de su ex mujer, Herazo Alvarez le dijo a su hija que no se atreviera a decir nada porque le iba a causar problemas con la Policía. Pero ella no se quedó callada, al llegar le dijo a su madre el horror que la hizo vivir su padre.
La mujer no perdió tiempo y puso la denuncia ante las autoridades.
Ayer, un año después, Luis Fernando Herazo fue condenado a pagar 17 años y 5 meses de prisión por el delito de acto sexual con menor de 14 años.
Para el juez, el testimonio claro y contundente de la niña fue prueba suficiente para determinar que ella decía la verdad, ya que el padre la acusó de mentirosa.
Herazo, quien trabajaba como limpiador de buques, se encuentra desde hace varios meses recluido en la cárcel de Ternera.

Abusó de su estudiante
 Aprovechando la confianza que tenía en él una de sus estudiantes, de sólo 10 años, Jhon Jairo Céspedes Osorio abusó de ella.
Los hechos ocurrieron en la Semana Santa de 2009, cuando los padres de la niña la inscribieron en clases de tenis en una cancha en el barrio Bocagrande.
Dice la menor que un día llegó a entrenar con su hermano y su primo, y como la cancha estaba ocupada, Céspedes Osorio los condujo hasta un gimnasio contiguo.
Allí le ordenó a la niña hacer ejercicios de calentamiento, en una colchoneta que él había dispuesto en el centro del lugar.
Cuando la menor estaba sentada, el instructor de tenis se puso frente ella, y según ella narró, Céspedes Osorio empezó a tocarle sus partes íntimas a través de su pantaloneta.
La niña relató que trató de avisar a su hermano y a su primo, quienes estaban en el gimnasio, pero ellos estaban distraídos jugando con un balón.
Cuando la madre de los menores los recogió, la niña no dudó en contarle lo que había sucedido.
La mujer puso el caso en conocimiento de las autoridades.
El entrenador fue capturado, y el 8 de abril pasado, el Juez Sexto Penal del Circuito lo condenó a pagar 12 años de cárcel por el delito de acto sexual con menor de 14 años.
La defensa de Céspedes interpuso un recurso de apelación, aduciendo que el delito imputado nunca ocurrió.
Pero ayer, el Tribunal Superior de Cartagena ratificó la sentencia impuesta por el Juez Sexto Penal del Circuito.
Jhon Jairo Céspedes pasará los próximos 12 años de su vida en la cárcel.
 

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