Matan a dos hombres a balazos

Nilson Aguilera Pérez, de 38 años y administrador financiero de profesión; y Alberto Meza Mercado, de 38 años y trabajador de un restaurante en El Bosque, se convirtieron en las dos últimas víctimas del sicariato en Cartagena. Con ellos, aumentan a 25 los homicidios en lo que va de enero. Aguilera Pérez almorzó como de costumbre ayer al mediodía con su familia. A la 1:30 p.m. se despidió de su mujer y una de sus hijas. Ellas se quedaron en la puerta esperando que cruzara el parque para llegar a la calle principal. Dicen los residentes del sector que un hombre se le cruzó en el camino y lo llamó por su nombre. Habló con Nilson algunas palabras y siguió caminando con él hacia una esquina. Allí, el individuo sacó un arma y le disparó cuatro veces a su víctima. Aguilera recibió un balazo en el frente y tres más en el pecho y abdomen que le causaron la muerte en el acto. El sicario corrió varios metros y subió como parrillero en una moto que, de acuerdo con versiones de algunos curiosos, era conducida por una mujer. La escena del crimen fue rodeada rápidamente por los habitantes del barrio. Entre ellos se confundieron la esposa e hija de la víctima, quienes vieron morir a Nilson. Aguilera Pérez era gerente de una empresa en El Bosque. ¿Equivocación? Eso es lo que sus familiares creen que ocurrió con Alberto Meza Mercado el miércoles, a las 9:30 p.m., en una tienda de Colombiatón. Según su madre, el pasatiempo predilecto de Alberto en sus ratos libres era jugar dominó y tomar cervezas. Así lo hizo el miércoles en la noche, aprovechando que terminó su turno en el trabajo a las 4 p.m. Relata su hermano que Alberto y sus amigos se divertían con las fichas del dominó cuando dos hombres llegaron en una moto. Uno de ellos –asegura- se bajó y enseguida cubrió su rostro con un pasamontañas. Sin darle espera a los amigos, disparó varias veces. Los balazos tuvieron como blanco el pecho, una mano y el cuello de Meza Mercado. Otro de los proyectiles rozó a uno de sus acompañantes. Los sicarios se fueron como llegaron. Alberto fue trasladado en un taxi por su hermano a la Clínica San Juan de Dios. Los médicos dicen que llegó sin signos vitales. “Parece que el atentado era contra otra persona que estaba jugando y que tiene un gran parecido con Alberto. Por eso es que decimos que fue una equivocación. Él tenía más de 8 años en el restaurante y pocos meses viviendo en Colombiatón", aseguran sus familiares.