Sucesos


Mató a presunto ladrón, hirió a otro y salvó a su compañera

Cuando ella despertó, un hombre la tenía agarrada por el pecho y otro le apuntaba a la cabeza con un arma de fuego. Fue el comienzo de los 10 minutos más largos en la vida de una mujer, de 60 años, que vio morir al ladrón que durante ese tiempo la mantuvo como escudo para protegerse. No hay otra razón, ella cree que su “Padre Celestial” metió la mano para salvarse. El milagro también cobijó a su esposo, un comerciante bogotano mayor que ella unos cuantos años que sigue con vida por preferir el sótano y no la cama matrimonial para pasar la borrachera. En la urbanización El Quindío, en el barrio Vista Hermosa, la suerte fue contraria para los cuatro individuos que ayer en la madrugada pretendían alzarse con un millonario botín. El plan parecía perfecto. A la 1:40 a.m., cuatro sujetos llegaron a la vivienda de mitad de cuadra en la carrera 61. Con una “pata de cabra” forzaron el candado de la reja y de la puerta principal. Pusieron otro candado en el apartamento de al lado para evitar la ayuda de sus vecinos más cercanos por “si acaso”. Dos de los delincuentes quedaron afuera “montando guardia”. Otros dos entraron armados. La mujer dormía en el cuarto principal. Su marido llegó embriagado media hora antes. Tomó la mayor parte del día con sus amigos en una esquina del barrio. Para no despertar a su esposa, el comerciante siguió de largo y bajó por las escaleras al sótano, el sitio donde solía ir siempre que se emborrachaba. Sólo estaba la pareja. Ella dice que no escuchó ruidos. Al abrir los ojos, cuenta, uno de los individuos tenía un pie sobre la cama y una mano sujetándola por el pecho. Otro la encañonaba. “Lo primero que me preguntaron fue: ¿dónde está el botín? Yo les dije que no sabía nada de botín. Después preguntaron por mi esposo. Les dije que él no estaba, pero no me creyeron. Enseguida cogieron una media de mujer y me taparon la boca. Con otra media me amarraron los pies. Me quitaron de la mesita de noche mi celular y 20 mil pesos”, relata. La mujer recuerda que trataba de hacer ruido para despertar a su esposo mientras la arrastraban por la casa. “Volvieron a preguntar por mi marido, yo trataba de gritar, pero me decían que no hiciera bulla para alertarlo. Por último les dije que él estaba en el sótano. Me pidieron que abriera y enseguida le dije: ...te buscan”. Tiroteo en sótano En medio de su angustia, la antioqueña maquinó en su mente lo que podría suceder. Sabía que su esposo ya había despertado y que a lo mejor tenía el revólver consigo. Otro punto a su favor era la oscuridad del sótano, lo que le imposibilitaba que alguien viera a quien estuviera allí desde el pasillo. A ella también le habían dicho que en cualquier situación de peligro lo mejor era tirarse al suelo. Así ocurrió.... Apenas se abrió la puerta del sótano, la mujer rodó por las escaleras y se metió debajo de la cama. En silencio exclamó: “Padre celestial cuídanos”. Su marido disparó rápidamente. Dos de los proyectiles se alojaron en la cabeza del sujeto que había utilizado a su mujer como escudo. Un compinche de éste acudió en su ayuda y disparó hacia el sótano sin dirección. Todos los disparos fueron al frente, por eso no le dio a nadie. Además que había un desnivel en el cuarto, el co-merciante es muy pequeño de estatura. Esa situación ayudó al dueño de la casa para herir en el pecho al individuo. Éste no tuvo otra opción que huir con los otros dos individuos que lo esperaban en la calle en una moto Honda Hero, de color oscuro. La ayuda para ella y su marido llegó pronto. Sus vecinos le colaboraron para calmarla. Su marido se entregó a la Policía apenas llegó la primera patrulla a conocer el caso. El arma también la dio. La sangre en el pasillo y la sala le provocó un desmayo a la mujer del comerciante. Se repuso más tarde. En la mañana seguía alterada y exclamando que estaba viva porque “Dios es grande”. Un sedante la puso a dormir a las 11 a.m. Antes, preguntó varias veces por su marido. A las 10 a.m., él se comunicó con ella a través del celular de su abogado. Le dijo que estaba bien. Las mismas autoridades le dijeron que tiene todo a su favor para salir libre. En la morgue, entre tanto, sigue como NN el cadáver del hombre que mantuvo en vilo a dos mayores de 60 años en El Quindío.

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