La familia Mejía Cantillo tiene motivos más que suficientes para sentir rabia, tristeza y dolor. Dos de sus miembros, los más viejos quizás, se trenzaron en una pelea por unas tierras que heredaron de su padre y terminaron con distintos rumbos: uno muerto y el otro en prisión.
La tragedia familiar ocurrió ayer en la mañana en Pinillos, en el Sur de Bolívar.
La versión de la Policía di-ce que Libardo Enrique Mejía Cantillo, de 63 años, mató a machetazos a su hermano Dámaso, de 77, porque éste primero lo agredió al pasar de la discusión a los golpes.
Dámaso sufrió una herida profunda en la cabeza que lo mató en el acto. También le dieron en un brazo. A su her-mano lo capturaron pero no lo han podido llevar a la cárcel porque se recupera de las le-siones en el Hospital La Divi-na Misericordia, en Magan-gué.
Las tierras del padre de ambos las disfrutaran terceros. Son las paradojas de la vida.
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