Algunos creen que resbaló y otros dicen que una tabla del andamio se partió. Sea cual sea la razón, los familiares de Javier Antonio García Aguirre creen que la falta de seguridad en el lugar donde realizaba trabajos en altura es la razón por la éste perdió la vida.
El accidente ocurrió el 10 de mayo pasado, en una bodega en el barrio Manga. Se conoció que el albañil, de 29 años, estaba cambiando el techo de la construcción cuando cayó al vacío desde una altura de 16 metros.
“Nos cuentan que Javier y otros compañeros se montaron en un andamio, pero una de las cerchas estaba podrida, y aunque ya había pasado otras personas por allí, cuando Javier pisó se fue al vacío y cayó de cabeza. Otras personas dicen que resbaló y se cayó. Él no tenía cuerda de vida ni nada que lo salvara si se caía. No tenía ningún tipo de seguridad”, dice Javier García Geles, tío de la víctima.
El albañil fue evacuado rápidamente del lugar y trasladado a la Clínica Cartagena del Mar. El parte médico fue desalentador, los doctores le dijeron a los familiares de Javier García que éste tenía un severo trauma craneoencefálico.
“Siempre estuvo en coma, y no mostró mejoría. Todo el tiempo lo tuvieron en la unidad de cuidados intensivos y los médicos decían que sólo un milagro podía salvarlo porque su estado era crítico”, dice un familiar.
Pero el milagro no ocurrió. Ayer, a las 6 de la mañana, Javier García Aguirre falleció.
La víctima deja 3 niños. Su cuerpo es velado en su casa en el barrio El Pozón.
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