Muere en pelea de pandillas

Carlos Alberto Jiménez Román fue el primero en salir cuando 20 jóvenes de la pandilla Los Peluos, del 9 de Abril, se metieron en el barrio Piedra de Bolívar. Eran las 9 de la noche del martes.
Los pandilleros llegaron tirando piedras y pateando las puertas de las casas. Estaban buscando a los integrantes de la pandilla El Pueblito, para supuestamente saldar una deuda pendiente.
El enfrentamiento no se hizo esperar. Dicen testigos, que Jiménez Román, de 21 años, reunió a varios pandilleros de El Pueblito para contrarrestar el ataque de sus rivales.
Los pandilleros se lanzaban botellas, palos y piedras. Mientras, los habitantes de callejón Mery, escenario de la pelea, se encerraban en sus viviendas para evitar una desgracia.
Dos uniformados de la Policía, quienes custodiaban el sector, solo pudieron esconderse detrás de un poste y gritar por sus radios de comunicaciones pidiendo refuerzos.
 Testigos dicen que Carlos Jiménez, que siempre estuvo al frente, esquivaba las piedras que le lanzaban sus enemigos.
De un momento a otro, se escuchó un disparo. Presuntamente, un integrante de Los Peluos, alias Papo, estaba armado con un changón.

“Me dieron, me dieron”
La riña se volvió más violenta con el paso de los minutos. De repente, se oyó otra detonación. Enseguida Carlos Jiménez gritó que estaba herido en el tórax.
“Le dieron el changonazo en el pecho y él corrió, pero se desplomó en una esquina. Todo el mundo vio que el que lo mató fue el Papo”, dice una allegada al joven.
Jiménez fue auxiliado por varios amigos que lo montaron en una moto y lo llevaron al Hospital Universitario del Caribe.  
Pese a los esfuerzos, el joven murió antes de recibir atención médica.
Un gran número de uniformados de la Policías fue desplegado al barrio Piedra de Bolívar, para controlar los desmanes. Solo cuando llegaron miembros del Esmad (Escuadrón Móvil Antidisturbios), la situación se calmó.
El homicida logró escapar, pero según la Policía, está plenamente identificado y pronto será capturado. La víctima era soltera y dicen sus familiares, se ganaba la vida ayudando a su padre a limpiar tanques en un buque.

Enemigos a muerte
En el barrio Piedra de Bolívar se vive una tensa calma.
Sus moradores están dolidos por el asesinato de Carlos Jiménez y cansados de los repetitivos ataques de Los Peluos.
“No tenemos calma en este barrio. Cuando nos dejan varios policías es que podemos dormir, de lo contrario se meten a buscar peleas. Es una situación angustiosa”, dice una habitante.
La tensión que se siente en el barrio, cree la Policía, tendrá su clímax cuando se realicen las honras fúnebres de Jiménez.
Para prevenir más enfrentamientos y que las peleas cobren otra víctima, más de 20 uniformados custodian la casa de la víctima, en el callejón Mery, y las calles aledañas.
“Ahora está calmado, pero cuando sepulten al muchacho, seguro salen sus amigos a buscar venganza”, dice un uniformado de la Policía.