Muere obrero que fue acuchillado en atraco

Cuando la Policía encontró a Gustavo Adolfo Garcés Díaz, en la madrugada del pasado 5 de septiembre, estaba desnudo y con heridas múltiples en el pecho, rostro y brazos. El cotero, de 28 años, no podía hablar y daba muestras de dolor. En una patrulla lo llevaron a la Clínica San Juan de Dios y casi enseguida fue operado. Ese mismo día, Garcés Díaz le contó a su familia lo que le ocurrió. A su padre y un cuñado le dijo que regresaba a su casa, en el barrio El Milagro, calle Concepción, cuando tres hombres se le cruzaron en el camino armados con cuchillos. Recuerda que eran las 2 a.m., aproximadamente. La intención de los individuos era despojarlo del poco dinero que tenía. Opuso resistencia, pero fue fácilmente doblegado. No sólo le quitaron hasta la última prenda de vestir, sino que lo hirieron más de 10 veces. Afortunadamente, la Policía lo encontró unos minutos después del hecho. La familia de Gustavo presumió que su recuperación era inminente. Dos días después volvió a ser operado y pudo hasta sentarse en su casa. Un hinchazón en el pecho, sin embargo, le provocó una re-caída. Una placa de Rayos X reveló que tenía otra herida en el pecho, muy cerca del corazón. Los médicos no se habían percatado de esa situación y resolvieron llevarlo por tercera vez a cirugía. Después de la operación, que según los cirujanos fue exitosa, Gustavo fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos. De ahí no volvió a salir. Su salud no mejoró y ayer, a las 4:35 a.m., falleció tras sufrir un paro respiratorio. Lo que ahora espera su familia es que lo que le contó Gustavo a la Policía sirva para evitar que su muerte quede impune.