Muerte, persecución y capturas en Fredonia

Juan Carlos Bolaños Arrieta, de 28 años, reposaba el almuerzo en una venta ambulante de comidas en la calle principal de Fredonia cuando encontró la muerte ayer al mediodía. Bolaños no tuvo tiempo de reaccionar cuando los sicarios se le acercaron por la espalda y le dispararon. Un balazo en la espalda y otro en el pecho lo dejaron moribundo sobre su silla. La gritería de la gente y la persecución que iniciaron mototaxistas de la zona alertaron a la Policía. A los sicarios no les dio tiempo de salir de Fredonia. De la calle 7, donde ocurrió el asesinato, debieron cruzar el caño que separa Fredonia con Nuevo Paraíso para internarse en este último barrio. A menos de tres cuadras del sitio de los hechos, la moto se le apagó a los sicarios. La Honda Eco, de color rojo, quedó en la vía pública. La ayuda de la comunidad sirvió de mucho. Rápidamente la Policía supo que los sujetos se escondieron dentro de una casa. Uno de los sospechosos fue retenido debajo de la cama y el otro cuando trataba de huir por el patio vestido con otra ropa. Bolaños Arrieta residía con sus familiares a menos de 50 metros del sitio donde cayó asesinado. Muy cerca de allí trabajaba como llantero en un taller de mecánica. Sus familiares dicen que desconocen los motivos que llevaron a la muerte a Juan Carlos Bolaños, pese a que en el barrio se comenta que desde hacía días existía el rumor de un atentado en su contra.