Mujer que raptó a bebé pide prueba de ADN

Leydi Katherine Rincón Vergara es una mujer perturbada o una actriz digna de un Oscar.
La joven, de 23 años, que raptó una bebé el martes pasado en el barrio El Socorro, le pidió a un Juez de Control de Garantías que le realicen una prueba de ADN, para demostrar que la niña que secuestró es su verdadera hija.El Juez negó la petición de Rincón Vergara, al considerarla “fuera de la realidad”, y la mandó para la Cárcel de San Diego por el delito de secuestro agravado.
De ser hallada responsable, la mujer afrontaría una condena de hasta 20 años de prisión.
Ese delito no contempla rebajas ni beneficio alguno, por lo que la secuestradora pagaría en la cárcel la totalidad de la pena que le sea impuesta.
Fríamente calculado
Leydi Katherine Rincón Vergara arribó a la ciudad en diciembre pasado. Llegó acompañada de su marido, un cartagenero que conoció en Medellín, de donde ella es oriunda.
Juntos se instalaron en la vivienda de los padres del joven, en el sector Nueva Jerusalén del barrio Villa Hermosa.
Rincón Vergara tenía cinco meses de embarazo o al menos, eso le hizo creer a su familia política y a su marido.
Durante los meses siguientes, la mujer asistió a los supuestos controles prenatales, y se conoció, frecuentaba constantemente al médico.
A principio de febrero pasado, al marido de Leydi Rincón lo llamaron para que regresara a Medellín, por cuestiones de trabajo, y ella se quedó en Cartagena.
“La mujer siguió diciendo que estaba en embarazo y a finales de abril, se fue para el médico. Luego llamó a los familiares de su compañero y les dijo que había tenido una niña, pero nació enferma y tuvieron que dejarla hospitalizada”, dice un investigador de la Policía.
Durante los tres meses siguientes, Rincón Vergara salió todos los días de la casa de sus suegros a visitar, según ella, a su hija.
Los familiares de su esposo le pidieron ver a la pequeña, pero la mujer siempre decía que tenía prohibidas las visitas y sólo ella podía verla.
Pero el martes, a las 7 de la noche, Leydi Rincón llegó a la casa de sus suegros cargando a una bebé, de 3 meses.
“Llegó feliz diciendo que le habían dado de alta a la niña. Todos la recibimos creyendo en sus palabras, y nos fuimos a acostar”, dijo la suegra de la secuestradora a la Policía.
A la mañana siguiente, la mujer se levantó, bañó a la niña y le dio de comer.
Dos horas más tarde, gracias a una llamada de la comunidad, la Policía irrumpió en la vivienda, rescató a la bebé y capturó a Leydi Rincón por el delito de secuestro.
Al momento de su retención, la mujer aseguró que se trataba de su hija, pero se comprobó que fue la niña que raptó del barrio El Socorro.
Al revisar la casa, la Policía halló ecografías, ropa de bebé, pañales y varios carnets de control prenatal, donde se notaba habían “maquillado” el número de semanas de embarazo.
El rapto
Janires Padilla Castilla conoció a Leydi Rincón, quien le dijo que se llamaba Natalia en una EPS.
 “Desde que me vio con la niña se me acercó y me dijo que estaba muy bonita. Yo entré a la cita y cuando salí me estaba esperando en la puerta. Allí me pidió mi número de teléfono porque quería hacerle un regalo a la bebé, yo no pensé nada malo y se lo di”, dice Janires Padilla.
 La secuestradora no demoró en llamar a la joven madre, a quien le pidió la dirección de su casa para llevarle los presentes a su hija, Janires Padilla no dudó en dársela.
El martes, a las 12 del mediodía, Leydi Ibarra se apareció en la casa de su víctima.
“Ella llegó y me dijo que era amiga de Janires. Yo la dejé entrar y hasta le di almuerzo porque Janires no estaba. Esa mujer me dijo que iba a esperar hasta las 3 de la tarde, para visitar a su sobrina que estaba hospitalizada”, dice una familiar de Padilla.
A la 1 de la tarde llegó la madre a su vivienda y encontró a la secuestradora hablando con sus allegados.
 “Apenas me vio me dijo que le tenía un vestidito a mi niña y jugó con ella. Por un momento fui al segundo piso, no me demoré nada porque estaba pendiente de la niña, pero cuando bajé ya no estaban. Se había llevado a mi hija”, dice la madre.
Janires Padilla salió a la calle y dio aviso a sus vecinos, pero nadie daba razón de la secuestradora ni de su hija, quien fue rescatada 18 horas después del rapto.