Murió en la poza donde otro menor se ahogó

La tragedia ocurrió hace apenas tres días y de eso no sólo se enteró Juan Carlos Pineda Cárdenas. Su hermano, dos primos y un amigo también sabían que el sábado en la mañana se ahogó en esa represa un estudiante, de 13 años. Pese a lo que sucedió con Carlos Enrique Lorduy Altamar, los cinco menores se desviaron en el camino hacia sus casas para llegar a la poza que está en una propiedad privada en el sector 17 de Mayo, en Henequén. Un hermano de Juan Carlos intentó en vano convencerlo para que no se bañara. Le recordó lo que sucedió tres días antes, pero no lo escuchó. Juan Carlos en cambio si se dejó tentar por uno de sus amigos, quien lo retó a bañarse cruzando a nado la poza que se formó con la lluvia. “Ojo con lo que pasó”, le gritó a Juan Carlos su hermano apenas vio que se quitó la camisa. Casi enseguida el amigo le reclamó al adolescente, de 16 años, por no lanzarse. “Me dejaste metido”, le dijo. Juan Carlos le respondió que le diera moral. Apenas su amigo cruzó la poza nadando, él se tiró. La diversión duró unos 20 minutos. Una prima cuenta que el menor sacó del agua su cabeza y manos dando muestras de dolor. En principio todos creyeron que estaba jugando, pero al ver que su ex-presión en el rostro no cambiaba, su hermano se metió y lo sacó. “Tenía los brazos tesos y los ojos blancos. Le apretamos el pecho y le dimos respiración boca a boca. En principio respondió respirando con dificultad, pero rápidamente se desmayó. Un señor que trabaja por allí nos ayudó y en vista que no reaccionaba, buscamos una moto y lo llevamos a la clínica San Juan de Dios”, relata el hermano de Juan Carlos. Los médicos aseguran que el estudiante de octavo grado llegó sin vida. El primer reporte indica que murió por sumersión -ahogamiento-. Sus familiares creen que le dio un paro por bañarse sudado en el agua fría o se acalambró. Medicina Legal despejará las dudas con el resultado de la necropsia al cadáver. Lo único claro es que en la poza de Henequén han muerto dos menores en tres días. El último hecho sucedió el martes, a las 5 de la tarde. Primera vez Su familia dice que era la primera vez que Juan Carlos y sus amigos iban a la poza, pese a que en los últimos 15 días han cruzado esa zona ininterrumpidamente. María Cárdenas, al igual que otras personas residentes en el sector El Progreso, en Nelson Mandela, se han mudado a los Cerros de Albornoz para tratar de ganarse por la fuerza un terreno que, según las autoridades, es propiedad privada. La mujer, madre de 5 cinco hijos, entre ellos Juan Carlos, amaneció el martes en el cambuche que armó hace dos semanas. La familia Pineda no tiene casa, vive arrendada en El Progreso. A ella la acompañaron durante la mañana dos hermanos y un hijo. Juan Carlos fue a llevarle el almuerzo al mediodía. Su hermano dice que “tiró machete” para cercar el “terreno” de su mamá. A las 4 de la tarde emprendió el regreso. Su mamá se quedó. Una hora más tarde le avisaron de lo que sucedió. Desde entonces, dice el hermano mayor de Juan Carlos, no ha dejado de llorar.