Un absurdo accidente le costó la vida al niño Juan Pablo Cañate Bello, de 7 años.El menor de edad falleció en la madrugada de ayer, por las heridas que sufrió al partirse la mesa de vidrio donde estaba sentado, la cual utilizaba la madre del niño para coser chalecos para motociclistas, que luego vendía para mantener a sus hijos.
Los hechos ocurrieron el miércoles, a la 7:30 p.m., en el sector Los Corales, en La María.
Juegos peligrosos
Lo que para el niño, que recién llegaba del colegio, era un juego inocente con su hermanita de dos años, se convirtió en una tragedia que hoy enluta a otra familia cartagenera.
“Mientras los niños jugaban en la sala, la mamá estaba viéndolos desde la terraza, pero se fue un rato a la cocina. Allá se sintió un estruendo grande que parecía una explosión.
“Cuando fue a ver qué era lo que pasaba, encontró la mesita de vidrio rota y vio que la niña tenía sangre. Pensó que era ella quien se había caído, pero después Juan Pablo le dijo ¡mamá, míreme! y fue cuando vio que en realidad era el mayor de sus dos hijos quien se había cortado”, cuenta una vecina de la víctima.
En ese momento, los nervios por la herida de su hijo invadieron a la madre, quien intentó auxiliar al niño pero ante la angustia extravió las llaves de la casa.
Fueron los vecinos quienes finalmente acudieron ante el desespero de la madre y partieron la puerta para sacar al niño herido y trasladarlo al CAP de La Candelaria. De ahí lo remitieron a la Casa del Niño.
Al parecer, los minutos que transcurrieron mientras lograron sacar al niño de la casa, hicieron que este perdiera mucha sangre por las heridas que había sufrido, lo que provocó la muerte de Juan Pablo Cañate, ayer a las 4:00 a.m.
Según el dictamen médico, el niño sufrió múltiples cortaduras en su cuerpo, las más graves en el pecho, abdomen y los hombros.
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