No llevaba puesto casco y muere en choque de motos

A Arturo de Jesús Hincapié Hincapié su familia lo esperaba para almorzar. En la última oportunidad que tuvo para hablar con su mujer le confirmó por su celular que ya iba en camino. La faltaba poco para llegar cuando la tragedia se cruzó en su camino. Hincapié, de 42 años y residente en Villa Corelca, sector aledaño a Nelson Mandela, murió en un choque de motos que ocurrió ayer, a las 3:15 de la tarde, en una esquina de la calle principal del barrio Simón Bolívar, diagonal a la iglesia y a la tienda “Punto Rojo”. Los testigos dicen que salió “volando” ante el fuerte impacto. Cayó y del suelo no pudo levantarse más. “Él iba en su vía pero la otra moto venía más duro. Él salió disparado y se golpeó fuertemente la cabeza contra el pavimento. Si tuviera casco protector de pronto se hubiera salvado. Lo llevaba en el brazo. El otro motociclista sólo se raspó una mano”, cuenta un residente del barrio. La identidad de este último no fue revelada por las autoridades, pero se conoció que lo llevaron a la Clínica Madre Bernarda. Lo que si se confirmó por parte de un funcionario del DATT es que la moto que conducía el lesionado estaba en “pico y placa”, lo que significa que no podía circular ayer. La última carrera Arturo de Jesús era moto-taxista desde hacía varios años. Sus compañeros dicen que to-dos los días se ponía a esperar pasajeros en una pequeña estación que crearon en la esquina donde sucedió el acci-dente, en la cruce de la carrera 102 con manzana 29 y lote 1. Uno de sus amigos dice que ayer no tuvo tiempo de almorzar al mediodía porque se dedicó a hacerle varias ca-rreras a un primo suyo. Poco antes de las 3 p.m., Arturo dejó a su familiar en los alrededores de la bomba El Amparo. Su primo le dijo que se iba a demorar, que lo mejor era que después lo fuera a bucar. El mototaxista se comuni-có con su mujer y emprendió el regreso a su casa. De la bomba El Amparo empalmó hacia la carretera Troncal de Occidente. Llegó a la entrada principal de Simón Bolívar y dobló buscando la calle de la iglesia. Pasó por el sitio donde acostumbraba buscar pasajeros pero siguió de largo. Unos metros más adelante apareció la otra moto. El choque fue violento. Ambas motos, dicen los residentes del sector, iban con alta velocidad. Arturo conducía una Sigma, de placa BIX-93B. El otro vehículo era una Discover, de color negro y placa BEA-68C. La esposa del mototaxista se enteró rápidamente de lo que ocurrió por informaciones que le llevaron varios colegas de él. La mujer se fue con otros familiares pero al llegar al sitio de los hechos se abrió paso entre la multitud y trató de llegar a donde estaba el cadáver de Arturo. La Policía no la dejó. Ella, sin embargo, permaneció la hora y media que duró la inspección judicial al cadáver. A las 4:20 p.m., el cuerpo de Arturo fue trasladado a la morgue de Medicina Legal. Doble imprudencia La conclusión de los testigos de las autoridades y de los testigos es la misma: la tragedia que enluta a la familia de Arturo obedeció a una doble imprudencia: la víctima no llevaba puesto el casco y la otra moto no tenía porque estar transitando. “Estos mototaxistas que se burlan de la ley con el ‘pico y placa’ van rápido para evitar a la Policía y por eso es que se presentan hechos como éste”, expresó un habitante de Simón Bolívar. Aunque el irrespeto a las normas de tránsito, el no uso del casco y el exceso de velocidad son las causas más frecuentes de los accidentes, hasta junio pasado, según un reporte del DATT, las muertes por hechos como ese en Cartagena se redujeron en un 30 por ciento. Mientras en el primer semestre de 2009 los fallecimientos en las vías fueron 31, este año la cifra en ese mismo período es de 22.