Pagó con su vida lo que no debía

El embarazo de su hija, de 14 años, enloqueció a Walberto Pérez, a tal punto, que decidió vengarse del “atrevido”.Ciego por la ira, Pérez consumó el hecho el martes pasadas las 9:30 de la noche, pero los disparos no mataron al novio de su hija, sino a Éver Zambrano Llamas, quien nada tenía que ver en el problema, y sólo era vecino de la menor.
Daniel Zambrano relata que su hermano salió de su casa, en el sector El Progreso del barrio Zaragocilla, rumbo a la casa de un amigo para que le prestara un cargador para su celular.
Éver Zambrano, de 19 años, encontró a su amigo jugando dominó, en compañía de varias personas más, en una tienda del barrio.
“Mi hermano llegó a la tienda y le pidió el cargador al amigo, pero éste le dijo que cuando terminara la partida iba a su casa a buscarlo, que se quedara a esperarlo, así que Éver se quedó viéndolos jugar”, dice Daniel Zambrano.
Cuenta el familiar que no pasaron más 10 minutos, cuando vieron a Walberto Pérez en el vehículo de su cuñado. Se dirigía a su vivienda, a pocas cuadras de la tienda.
Dicen que al pasar por el lugar donde estaban los jóvenes jugando dominó, se percató que entre ellos se encontraba Andrés Malagón, novio de su hija, y padre del bebé que ella espera.
“Cuando vio que estaba allí, se bajó del carro, entró en su casa y salió armado con un revólver. Lo llevaba en la mano, estaba listo para matar”, dice el familiar.
Supuestamente, Walberto Pérez se dirigió hasta el grupo de amigos, y apuntó su revólver contra Andrés Malagón, quien al verlo, intentó correr al igual que los otros jóvenes que jugaban con él.
“Cuando él le apuntó a Andrés todos salieron corriendo. Mi hermano corrió para el mismo lado que Andrés, y cuando Walberto disparó le dio Éver en la espalda. Mi hermano cayó al piso. Andrés logró escaparse sin un rasguño”, cuenta Daniel Zambrano.
Éver Luis fue traslado por sus amigos a la sala de urgencias del Hospital Universitario del Caribe, donde los médicos dicen que llegó sin vida. El disparo que recibió le perforó el pulmón del lado derecho.
Dicen testigos que Walberto Pérez huyó del barrio Zaragocilla, en el vehículo de un cuñado, y que es buscado por la Policía.
La casa del agresor, al igual que la de otros de sus familiares, en Zaragocilla es custodiada por la Policía, ya que vecinos de la víctima intentaron destruirla.
 Ya estaba advertido
Los problemas entre Walberto Pérez, y Andrés Malagón, de 19 años, comenzaron cuando Pérez se enteró de la relación de su hija, de 14 años, con el joven.
Durante meses intentó disolver el noviazgo, pero no pudo conseguir que su hija se alejara de Malagón.
De las palabras, Pérez pasó a los hechos y, supuestamente, amenazó al joven con matarlo si no se alejaba de su hija.
Hace dos meses Malagón se mudó del barrio Zaragocilla, al parecer por las amenazas en su contra, con lo que pensó Pérez se acababan sus problemas.
Pero hace un par de semanas, el padre se enteró que su hija estaba embarazada, y que el papá del bebé era Andrés Malagón.
“Lo que en el barrio se sabe es que Andrés dijo que iba a responder por la criatura, y que no iba a dejar a la muchacha sola. Pero al papá de ella eso no lo convenció, porque Andrés no trabaja. Desde allí aumentaron los problemas y las amenazas. Le dijo que donde lo viera lo mataba por atrevido”, dice un vecino.
Víctima inocente
Éver Luis Zambrano soñaba con convertirse en soldado profesional.
Aunque estudiaba Contaduría en el Instituto Politécnico, sus esfuerzos estaban enfocados en integrar la Fuerza Pública.
Sus familiares y vecinos lo describen como un joven juicioso y sin vicios, que era muy querido en el sector.
“Era muy juicioso y no se metía con nadie. Walberto lo conocía porque nosotros somos vecinos. No es justo que haya acabado con una vida que apenas comenzaba. Ese señor nos ha hecho un daño irreparable”, relata una tía de la víctima.
El cuerpo del joven es velado en su casa en el barrio Zaragocilla.