Por sobredosis de viagra, anciano se va a la tumba

Pedro Juan Guerra Pacheco, de 69 años de edad, nunca imaginó que la cita clandestina para disfrutar del goce del amor que sostendría la tarde del domingo con una joven “prepago”, fuera la última de su vida. Guerra Pacheco, como de costumbre los fines de semana, había llegado a la ciudad procedente de la finca donde trabajaba y luego de visitar a su familia en el barrio Bosque Barají salió a encontrarse con su amiga clandestina, la que por unos pesos le haría vivir el éxtasis sublime del amor a escondidas. Lo que nunca pasó por la mente de este labriego fue que el exceso de la píldora de la felicidad acabaría con su vida, justo en el momento en que el ímpetu machista y viril, que llevaba consigo y que lo hacía sentir como un joven de 20, le jugara una mala pasada a su enamorado corazón. Guerrero Pacheco murió en el interior de un motel como consecuencia de un paro cardíaco ocasionado por una sobredosis de Viagra. De acuerdo con la necropsia practicada en el hospital San Juan, la persona muerta sufrió un infarto al miocardio, con evidente muestra de priapismo, es decir, erección sostenida del pene pese a no tener signos vitales, lo que obligó al personal paramédico del hospital a realizarle una pequeña cirugía, a fin de devolverle el pene a su tamaño normal. De la preprepago que compartía la subliminidad del amor con el difunto se sabe que lo recogió del motel en un taxi, lo llevó a la urgencia del hospital, pidiendo ayuda y buscando a los camilleros del centro asistencial para que lo socorrieran y luego desapareció sin dejar rastro.