Sucesos


Pravisani se fue gritando para la Cárcel de Ternera

EL UNIVERSAL

17 de julio de 2010 12:01 AM

A las 4:45 de la tarde de ayer se cumplió la orden del Juez Sexto Penal del Circuito de Cartagena con funciones de Conocimiento: Paolo Pravisani fue sacado de la Clínica Cemic, en El Cabrero, para ser llevado a la Cárcel de Ternera. Seis guardianes del Inpec armados con fusiles y pistolas lo custodiaron desde su habitación hasta la camioneta Van que lo esperaba en la entrada principal del centro psiquiátrico. Tardó seis minutos en subir a ese vehículo. Iba vestido de blanco y caminó con ayuda de los guardianes. Al ver a la prensa, gritó de todo: “voy a hacer que ningún italiano vuelva a este país”. También se expresó mal de los periodistas y mostró la libreta donde dice que escribe el libro sobre todo lo que ha pasado. A Pravisani lo hallaron culpable de los delitos de estímulo a la prostitución, pornografía infantil y acto sexual con menor. A principios de agosto, el juez Luis Herrera Vanegas dirá los años que purgará en la cárcel. El italiano, de 73 años, estaba internado en esa clínica desde el pasado 25 de febrero del 2009. Cristian Ayola, director de Cemic, asegura que es tratado con antisicóticos y antidepresivos. “Sufre de un trastorno en su estado de animo y de demencia en curso, además de un aneurisma en la aorta abdominal. De todas maneras, cuando hay un fallo, hay que acatarlo”, manifiesta el médico. De las otras dos condenadas, empleadas del servicio de Pravisani, El Universal conoció que Angélica Tovar Julio se presentó voluntariamente el mismo jueves en la noche en la Cárcel de San Diego para entregarse. Como no la recibieron, se devolvió a su casa. Ayer en la mañana, según su abogado, Enrique Del Río, ya estaba detenida. A la otra procesada, Hilda Martínez Meza, la iban a buscar a su casa, ayer en la tarde, los guardianes del Inpec. Angélica e Hilda fueron encontradas culpables de acto sexual con menor en calidad de coautoras y como cómplices de los delitos de estímulo a la prostitución y pornografía infantil. Fallo histórico Las fotos que hallaron en su apartamento; el testimonio de un niño, de 13 años, quien dice que fue abusado sexualmente; y la declaración de los dos porteros del edificio Los Corales, en Crespo, fueron para Freddy Del Toro, representante de la familia de las víctimas, las pruebas que llevaron al juez a condenar al italiano Paolo Pravisani y a sus dos empleadas por tres delitos. Del Toro destaca el fallo como “algo histórico”, por tratarse de la primera condena contra un extranjero por explotación sexual en este país. “Esto marca un precedente, porque deja por sentado que nadie puede venir a Colombia, principalmente a Cartagena, a abusar de niños”, asegura Freddy Del Toro, quien pedirá una indemnización por perjuicios morales para la familia de Yesid Tovar Torres de 400 millones de pesos. El Juez Sexto Penal del Circuito de Cartagena con funciones de Conocimiento, Luis Germán Herrera Vanegas, halló culpable a Paolo Pravisani de los delitos de acto sexual con menor, pornografía infantil y estímulo a la prostitución. Sus dos empleadas del servicio, Hilda Rosa Martínez Meza y Angélica Tovar Julio, fueron encontradas responsable del primer delito como coautoras y de los dos últimos como cómplices. Según Del Toro, Pravisani podría recibir una pena de 17 años de cárcel. Las dos mujeres se enfrentan a una condena de 12 años de prisión. El juez decidirá en otra sesión, a finales de julio o principios de agosto, los años que purgarán cada uno. “Festejamos en casa” Lourdes Tovar, madre del menor Yesid Torres Tovar, cuya muerte originó la investigación y el proceso que tardó más de un año, está feliz y dice que por el luto que le guarda a su hijo no bailó en el festejo que se hizo en su casa, el jueves en la noche, luego que el juez diera el fallo. “Mi hija compró una caja de cervezas y puso música. Así fue que celebramos esta satisfacción, porque este señor va a comenzar a pagar lo que me hizo a mi y a mi hijo, quien tenía una vida por delante”, dice Lourdes. Aunque manifiesta que no ha sido informada del monto que su abogado pedirá de indemnización por perjuicios morales, Lourdes está segura que esa “plata no le devolverá a su hijo”. “Ese dinero servirá para que el sueño de mi hijo se cumpla. Él quería que yo viviera en casa propia y tuviera mi propio negocio. Ojalá todo eso se pueda cumplir”, anota. Lourdes nunca ha visto en persona a Paolo Pravisani. Después de la muerte de su hijo, el 23 de febrero de 2009 en el apartamento del extranjero, en el edificio Los Corales, en Crespo, intentó hablar con él en la Clínica Cemic, en El Cabrero, pero se lo impidieron. Recuerda que habló por teléfono una sola vez con él, antes de la muerte de Yesid. “Mi hijo se quedó durmiendo en el apartamento de él –Pravisani- y a la mañana siguiente me llamó por teléfono. Durante la conversación me pasó a ese señor, diciéndome que me quería saludar. La verdad, no le entendí nada, porque hablaba como al revés”.

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