Sale a cazar pájaros y se ahoga en una poza

El pájaro ‘pirra’ que Carlos Eduardo Lorduy Altamar atrapó antes de lanzarse a una poza en Henequén quedará para su familia como el recuerdo más amargo de lo que ocurrió en la mañana del sábado 21 de agosto del 2010. El niño, de 13 años, salió a buscarlo a las 6 a.m. Y aunque lo encontró y hoy está enjaulado en su casa, Carlos no podrá escuchar su silbido. El menor se ahogó en un terreno que ha sido inundado por la lluvia. Carlos Eduardo, según su familia, nunca había ido más lejos del monte que bordea el barrio El Reposo, donde residía con sus padres y dos hermanos. Quizás por eso nadie le prestó mayor atención cuando confirmaron que se fue de la casa antes que sus padres y hermanos se levantaran. Su abuela fue la única que lo vio salir. El niño recorrió más de dos kilómetros antes de llegar a la poza, una zona cercana al relleno sanitario en Henequén, sector 17 de Mayo. Dos amigos de su barrio lo acompañaron, pero desistió regresar con ellos a las 9 a.m. por preferir bañarse en el improvisado jagüey con otros menores que llegaron del barrio Nelson Mandela. A uno de sus amigos le entregó el pájaro y sus chancletas. “Vete y llévate la ‘pirra’. Yo me voy en un rato”, cuenta el vecino que lo vio por última vez. Los dos menores regresaron a El Reposo a las 10 a.m. A esa hora, su mamá, Patricia Altamar, comenzó a buscarlo en el barrio y por el monte aledaño. Entre tanto, Carlos Eduardo se zambullía a la po-za que conocía por primera vez. Se golpeó y no salió Patricia buscó a su hijo hasta las 12 del mediodía. A esa hora, ya el cadáver de su hijo yacía en lo más profundo de la poza. Otro niño residente en El Reposo le avisó. En principio ella no le creyó porque, asegura, Carlos Eduardo era de los que no se iba tan lejos de la casa y tampoco le gustaba bañarse en cualquier lugar. A las 2 de la tarde el mayor de sus tres hijos le confirmó la mala nueva. Su hermano mayor y otro niño fueron los encargados de rescatar el cadáver. Lo descubrieron otros dos muchachos que llegaron a Nelson Mandela a bañarse a la poza. Quienes estaban con Carlos Eduardo desaparecieron. Antes de marcharse, uno de ellos le contó a otro grupo de bañistas lo que sucedió. “Hay dos versiones. Dicen que él se tiró de uno de los barrancos y al caer se golpeó en el pecho. Aún así, volvió a lanzarse, pero esta vez no salió. Parece que le dio un paro. “La otra versión dice que al caer del barranco como le dio un calambre y se ahogó. Nadie lo pudo ayudar. Lo encontró otro niño que se estaba bañando y se tropezó con sus piernas”, cuenta una tía de la víctima. Familiares de Carlos Lorduy lamentan que las autoridades hayan dejado en el olvido esa zona, hoy convertida en peligro para niños. “Parece que allí estuvieron trabajando retroexcavadoras y dejaron eso así. Con las lluvias que han caído eso se ha convertido en una poza artificial con basuras. Esta tragedia puede repetirse”, asegura la tía de Carlos Eduardo. El menor será sepultado hoy con el uniforme de su colegio. Cursaba la primera en la Corporación Educativa Nazaret, en el barrio Manuela Vergara. A su casa fue llevado ayer en la mañana por un amigo suyo el ‘pirra’ que atrapó antes de morir.