Salvó a su hija, pero él se ahogó

José Carlos Castro Fuentes esperaba que le sirvieran el almuerzo, el lunes a las 12 del mediodía, y se sentó en la arena para cuidar a su hija, de 12 años, y a dos amigas de ella quienes se bañaban en el mar. Aunque le insistieron que las acompañara, Castro Fuentes prefirió vigilarlas desde la orilla de una de las playas del sector Playa de Oro, en el corregimiento de Manzanillo.
Los gritos de las 3 jóvenes, sin embargo, lo hicieron saltar al agua. Su hija le pedía auxilio porque se estaba ahogando.
El angustiado padre nadó hasta su hija y la sacó rápidamente del agua. Al ponerla a salvo en la arena, Castro Fuentes regresó al mar para rescatar a las otras dos jóvenes.
Cuando llegó hasta ellas, una de ellas, supuestamente, en medio de la angustia por el peligro que corría, agarró por el cuello a José Castro para mantenerse a flote.
Otras personas que también se lanzaron al mar sacaron del agua a las dos menores.
Sin embargo, nadie pensó que Castro Fuentes también necesitaba ayuda.
“Las personas que se tiraron al agua fueron directo a coger a las dos jovencitas, no pensaron que a José se le habían acabado las fuerzas y se estaba ahogando también”, dice una persona que presenció los hechos.
A las jóvenes les prestaron los primeros auxilios en la playa. De repente, alguien preguntó por el paradero de Castro Fuentes y se dieron cuenta que éste no había salido del agua.
“Fue cosa de unos minutos. Cuando vieron que no estaba, se metieron de nuevo al agua y a los pocos minutos lo encontraron. Aún estaba vivo, así que en una patrulla de la Policía lo llevaron al centro de salud de La Boquilla”, dice una familiar de la víctima.
A pesar de los esfuerzos médicos por salvarle la vida, José Castro Fuentes murió.
Una de las jóvenes rescatadas, identificada como Keyla Milena Padilla, de 18 años, también fue atendida en el CAP de La Boquilla, y de allí fue trasladada a la Clínica San José de Torices.
Paseo de la iglesia
José Carlos Castro y su familia llegaron a las playas de Manzanillo en un paseo de su iglesia evangélica La Roca, el cual planearon durante una semana.
Un bus lleno de feligreses de la iglesia salieron, a las 8 de la mañana de ayer, rumbo a Manzanillo del Mar.
“Era un paseo para integrarnos como una verdadera iglesia. Todos estábamos muy contentos, el paseo iba muy bien hasta que se nos cruzó la tragedia”, dice una conocida de la víctima.
Carlos Castro, de 36 años, vivía con su familia en la calle 10 de Mayo del barrio La Candelaria. Allí predicaba todos los sábados y domingos.
Durante la semana, Castro, quien era el padre de 3 niñas, trabajaba como ayudante en un camión de mudanza.