Sicario mata a minusválido que esperaba a su hermano

Ya no podía conducirlas, pero las motos seguían siendo una obsesión para Iván José Espitia González. Un accidente en un vehículo de esas características lo dejó postrado a una silla de ruedas hace 11 años. Desde entonces, el comerciante, de 31 años, administraba las 10 motos que su familia pone a trabajar diariamente en las calles de la ciudad. El lunes, a las 7 de la noche, Espitia González aún estaba metido de lleno en su labor cuando un sicario apareció en la jardinera de su casa y lo mató. La víctima esperaba en su silla de ruedas que llegara el mecánico con una moto varada. Residentes del barrio Alameda La Victoria dicen que escucharon seis balazos. Cuatro de los proyectiles se estrellaron contra la pared de la vivienda de Espitia, los otros dos se alojaron en la cabeza y el pecho del comerciante. Policías que patrullaban en ese sector llegaron rápidamente al sitio de los hechos. Con ayuda de los vecinos subió al hombre malherido a un carro particular. José Joaquín Espitia asegura que su hermano llegó muerto a la Clínica Madre Bernarda. “Iván estaba solo en esos momentos. Mi mamá y una hermana estaban visitando a mi abuela, que está hospitalizado. “Yo había acabado de hablar con él por celular. Estaba en una de sus motos y me quedé varado. Regresaba con el mecánico que pasó la tarde con él cuando me encontré con el charco de sangre en la puerta de mi casa”, relata José Joaquín. Sus vecinos le dijeron a él que el sicario se bajó de una moto AX-100, de color negro, una cuadra antes de su casa. Caminó recostado a una reja y sorprendió a su víctima en la terraza. Corrió nuevamente hacia la esquina y huyó en la moto hacia San Fernando. ¿Venganzas o deudas? José Joaquín no sabe por qué asesinaron a su hermano. Si reconoce que notó preocupado a su hermano en los últimos días. “Precisamente ayer –lunes- le pregunté qué le pasaba y él me contestó que tenía tres motos varadas y eso lo puso a pensar. No me dijo de amenazas o problemas. Le había prestado dinero a cobradiarios, pero creo que ya había pagado todo lo que debía”, manifiesta el hermano de la víctima. El familiar también admite que por la cantidad de motos que Iván reunía en la puerta de su casa la Policía llegaba a preguntarle a cada momento por los antecedentes de esos vehículos. Iván Espitia, asegura su hermano, también se había enfrascado en un proceso penal contra el médico que lo atendió hace 11 años, luego de accidentarse en la moto que conducía. “Mi hermano chocó contra el muro de una tienda. Estaba ebrio ese día, pero llegó caminando a la clínica. Pensando que quizás la lesión no era grave, el médico no le prestó la atención necesaria. Dos vértebras, sin embargo, le causaron daño a la médula espinal y dejaron parapléjico a mi hermano”. La Policía dice que investiga posibles venganzas en este hecho de sangre y confirma que no hay capturas.