Sin una pierna por un accidente

Un retrovisor color gris. Esa es la única prueba que tiene Luis Fernando González Santoya del carro que lo arrolló, el 30 de diciembre pasado, en la Vía del Mar.
El hombre, de 35 años, quedó con su pierna izquierda destrozada y tendido en la mitad de la carretera.
El conductor del vehículo ni siquiera se bajó a ver qué había pasado y escapó del lugar sin importarle la suerte de su víctima.
González Santoya recuerda con amargura ese día, en el que dice, su vida cambió por completo. Ahora lo atormenta pensar en cómo va a mantener a su esposa y sus cuatro hijos, todos menores de edad, uno de ellos con necesidades especiales.
Iba para su casa
El día del accidente, Luis González regresaba en su moto a su casa en Punta Canoas, luego de llevar a un compañero de trabajo a su vivienda en el corregimiento de La Boquilla.
El hombre, que trabajaba manejando un camión, dice que iba en su carril por la Vía del Mar, frente a la entrada a Manzanillo, cuando un vehículo que transitaba en sentido contrario lo cegó con sus luces altas.
“Traía las luces muy potentes y yo no podía ver, después me invadió el carril. El carro me golpeó con el costado delantero y destrozó por completo mi rodilla izquierda. Por el impacto con la moto se le desprendió el retrovisor, pero el que manejaba ni se detuvo a ayudarme y se fue. Quedé solo, herido y desangrándome en la mitad de la carretera”, dice la víctima.
Pero Luis González decidió que no iba a morir ese día. Sacó fuerzas de donde no tenía y se arrastró a un lado de la vía, después gritó por ayuda.
“Varios infantes de Marina que estaban en la base me escucharon y salieron a ayudarme. Ellos me hicieron un torniquete. Luego llamaron a una ambulancia", relata González.
La víctima fue llevada a la Clínica San José de Torices.
De allí fue remitida a la San Juan de Dios, donde los médicos le dieron una devastadora noticia: su pierna izquierda debía ser amputada o él perdería la vida.
Sin otra alternativa, horas más tarde, cuando quizás la persona que lo arrolló se preparaba para recibir el 2012, a González le cercenaron la pierna por las graves lesiones.

¿Y el responsable?
No hubo testigos del accidente y Luis González solo sabe el color del vehículo que lo atropelló. Sin embargo, él espera que las investigaciones que adelantan las autoridades y las grabaciones de una cámara de seguridad a la entrada del barrio Crespo, los lleven a encontrar al responsable.
"Los accidentes ocurren y nadie quiere lastimar a otro. Solo le pido al que me arrolló que aparezca y responda. Cuando uno atropella a alguien al menos  socorrerlo. Yo estuve a punto de morir y ahora la angustia es peor porque no tengo para mantener a mi familia", finaliza González.