Tragedia bajo la lluvia

“Lo vi en su agonía pedir auxilio y hundirse. Llegué a la orilla para ayudarlo, pero la corriente en el caño era muy fuerte. No pude agarrarlo, el agua se lo llevó dándole vueltas como un remolino”. Jesús María Pérez Ávila dice que jamás podrá borrar de su mente la imagen de aquel niño que unos minutos antes vio jugar bajo la lluvia con 10 compañeros de su colegio cerca del canal Ricaurte. Él fue el último en observar ayer, a la 1:30 de la tarde, a Duván Andrés Barrios Arrieta, de 13 años. Desde entonces, los bomberos, su familia, la Policía y hasta buzos de la Armada lo buscan por todo el canal, entre el sector El Triunfo, en Los Alpes, hasta la Ciénaga de la Virgen. El estudiante jugaba con sus amigos cerca del arroyo cuando resbaló al pisar un tubo, se golpeó en la cabeza y la corriente lo arrastró. Pérez Ávila ayudaba en esos momentos a una vecina a sacar los muebles de la casa. Asegura que unos minutos antes alcanzó a advertirle a varios menores que era muy peligroso bañarse en ese sector. Recuerda que uno de ellos le contestó jocosamente que “el que se ahoga no viene más”. Una adolescente que les tomaba fotos con su celular desde el segundo piso de su casa también les pidió que se alejaran del canal, pero nadie le hizo caso. En una de las fotos quedó registrada la imagen de Duván bañándose con sus amigos. Tenía puesta una camisilla blanca. “Fue tanta la lluvia que no se vía el canal. El agua se desbordó y se metió en las casas. Parece que el menor se resbaló y la corriente lo arrastró hasta el canal. “Se aturdió por el golpe y se lo llevó la corriente. Yo me fui corriendo para salvarlo, pero era mucho agua. Cuando le tiré la mano, se hundió. Lo volví a ver varios metros más adelante”, cuenta Pérez Ávila. Miembros de la Guardia Ambiental fueron los primeros en iniciar la búsqueda del menor. Utilizaron una canoa y recorrieron el canal desde Los Alpes hasta Olaya Herrera, pero la tarea no fue fácil. Ánibal Guerrero, oficial de los bomberos, manifiesta que habrá que esperar unas 24 horas para que el cuerpo flote. Mientras eso ocurre, Arledis Arrieta vive su drama en el sector Central en Olaya, en la calle El Socorro. “Lo esperé como siempre” Arledis dice que todos los días esperaba a su hijo a las 12:30 de la tarde. Ayer, al ver que era la 1 y no llegaba, se alarmó. Una hora después, un amigo de su hijo le informó que éste había desaparecido. Desde entonces, la angustia y el dolor no se han apartado de ella. La madre del menor se fue corriendo al canal Ricaurte, pero ya nada podía hacer. Sólo pudo enterarse de lo que hizo Duván antes que se lo llevara la corriente. Según le contaron, su hijo salió a las 12 del mediodía, pero en vez de tomar el camino a su casa, se quedó jugando con sus compañeros de clases bajo la lluvia. Sólo uno de los niños, Gustavo, decidió no acompañarlo. A él, Duván le dio sus libros y le dijo que se los devolviera hoy para que no se le mojaran. Gustavo dice que lo dejó bañándose en la poza que se formó cerca del canal. Llegando a su casa se enteró de la tragedia. Arledis está desconsolada. Sabe que en cualquier momento alguien llegará a decirle que han encontrado a su hijo. Ella se aferra un milagro, pero muchos creen que es imposible que esté con vida.