El domingo fue el día más violento en lo que va de julio. En seis horas, tres personas fueron asesinadas en Cartagena. La racha comenzó las 5 de la tarde, con la muerte de Samy Samir Tirado Hernández. El joven supuestamente atracó a un suboficial y éste le disparó. Familiares de Tirado Hernández niegan que sea un delincuente.
Luego de seis horas de calma, sicarios acabaron con la vida de Greys Patricia Páez Márquez, quien tenía 7 meses de embarazo.
La mujer salió a buscar a su esposo, a una taberna en el barrio San francisco, cuando la mataron.
Minutos más tarde, pandilleros asesinaron a Kevin Enrique Gómez Vásquez, de 16 años, en La Candelaria.
La mata por error
Greys Patricia Páez Márquez murió en los brazos de su esposo. La mujer, de 31 años, recibió un balazo en el cuello y otro el tórax. Al parecer, las balas no eran para ella, sino para un sujeto que estaba a su lado, y quien resultó herido en uno de sus brazos.
La mujer fue llevada en un taxi al CAP de La Esperanza por su esposo y una prima, pero murió antes de llegar. Los médicos intentaron salvarle la vida al bebé que llevaba en su vientre, pero éste también falleció.
Familiares de la víctima cuenta que ésta salió de su casa, en la calle Oriente de San Francisco, rumbo al estadero La Mona a buscar a su esposo, quien se encontraba tomando cervezas con varios amigos. Eran las 11 de la noche del domingo.
“Ella llegó a la esquina del negocio y empezó a llamar a su marido. Ahí fue que se sintieron unos tiros y cuando vimos fue a un hombre y a Greys tirados en el piso. El sicario llegó a pie y de igual forma se fue por un callejón cercano”, relata una familiar de la víctima.
La Policía no reportó la captura del asesino, pero confirmó que el atentado no iba dirigido contra Greys Páez sino contra el sujeto que se encuentra herido. Las autoridades verifican si el individuo tiene antecedentes penales.
La mujer, quien era oriunda de Barranquilla, deja 3 hijas. Su cuerpo es velado en su casa y su sepelio será hoy.
¿Atracador o mototaxista?
Para la Policía, Samy Samir Tirado Hernández murió en su ley.
El general Ricardo Restrepo, comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, dice que a Tirado, de 22 años, le disparó un suboficial a quien atracó.
“El hombre entró a una casa en el barrio Las Gaviotas, donde departían varias personas y las amenazó con un arma. Después robó dos portátiles y tres celulares. Cuando se iba, uno de los afectados, quien es un suboficial, le disparó”, dice Restrepo Londoño.
Los familiares de Tirado Hernández aseguran que la Policía miente y exigen que se investigue lo que ocurrió.
“Sabemos que no era un atracador, por eso exigimos se esclarezca lo sucedido”, dice un allegado a la víctima.
La esposa Samy Tirado afirma que éste salió, a las 5 de la tarde, a comprar leche para su hijo, de 10 meses.
“Él era un excelente papá, antes de irse dijo que no se iba a demorar. Vivimos en la casa con mis padres y él siempre se rebuscaba trabajando como mototaxista, en la moto que le dio mi hermano”, dice Yesica Barrios, esposa de la víctima.
La mujer agrega que no pasó mucho tiempo desde que su marido salió cuando le avisaron que había sufrido un accidente.
“Yo salí corriendo para Las Gaviotas, cuando llegué me dijeron que se lo habían llevado herido para el HUC, porque había atracado a alguien. Al llegar al hospital ya era tarde, él llegó sin signos vitales”, dice Yesica Barrios.
Samy Samir Tirado Hernández deja dos hijos. Su familia trasladará su cuerpo al municipio de Tierralta, Córdoba, de donde era oriundo.
Lo asesina con un destornillador
Kevin Enrique Gómez Vásquez salió el domingo, a las 7 de la noche, de su casa en La Esperanza, rumbo a una fiesta en el estadero Patio de Azúcar, en el barrio La Candelaria.
A las 11 de la noche, el menor, de 16 años, decidió regresar a su vivienda. En el camino se encontró con miembros de la pandilla de “El Guabino”. Supuestamente, uno de los pandilleros, alias “el Escuby”, lo apuñaló en la cabeza con un destornillador.
“Lo atacaron si razón y él empezó a correr pero lo alcanzaron. Ahí fue que ‘el Escuby’ lo apuñaló con el destornillador. Él quedó muerto en el lugar”, dice una tía del menor.
La familia de Kevin Gómez asegura que no tenía amenazas y que no estaba metido en problemas de pandillas. Creen que lo mataron pandilleros de La Candelaria por vivir en La Esperanza.
Gómez Vásquez era el mayor de dos hermanos y cursaba noveno grado de bachillerato en el Liceo Pedro de Heredia.
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