Un cartagenero, entre las víctimas de emboscada

Arlinda Palencia aún tiene fresca en su mente la última imagen de Ramiro José Cuadrado Barrera cuando se despidió de ella hace apenas 15 días. “Me abrazó y me dijo que apenas llegara al batallón iba a tratar de conseguir rápidamente otro permiso para regresar a Cartagena. En sus ojos se veía que no se quería ir”, recuerda Arlinda, quien crió a Ramiro José apenas cumplió los 10 años. El suboficial de la Armada no le cumplió la promesa a la mujer. Ramiro Cuadrado, de 31 años, fue uno de los 9 infantes de Marina que murieron el domingo pasado al pisar un campo minado en medio de una emboscada de las Farc en área rural del municipio de Solano, en Caquetá. Arlinda se preparaba ayer en la tarde para recibir los restos del militar en su casa, en el barrio El Pozón, sector Primero de Mayo. “Así no lo quería ver. Murió con las botas puestas. Ahora tendremos que cumplir su última voluntad. Él quería que lo velaran en El Pozón y que lo sepultáramos en el Cementerio Jardines de Cartagena, delante de sus amigos, su esposa y su hijo de apenas año y medio”, anota la madre de crianza de Cuadrado Barrera. El féretro con el cuerpo de Cuadrado Barrera iba ser trasladado a esta ciudad luego de cumplirse las honras fúnebres de los infantes en la capi-lla del Cantón Norte de Bogotá, ceremonia a la que asis-tieron el ministro de Defensa, Gabriel Silva Lujan; y el Comandante de las Fuerzas Militares, Fredy Padilla de León. “Quería retirarse” Cuadrado Barrera tenía 11 años en la Armada. Su última especialización fue en la Contrainteligencia Naval. Su madre de crianza asegura que a esa institución ingresó por voluntad propia y por la disciplina que siempre lo caracterizó. “Nunca tuvo problemas en la Armada. Siempre recibió felicitaciones y no me comentó alguna vez de algo anormal. Por el contrario estaba feliz”, dice Arlinda. Hace 15 días le dieron un permiso por 72 horas. Ramiro no desaprovechó la oportunidad para llegar a El Pozón. Antes de regresar, le comentó a otro familiar que entre sus planes inmediatos tenía pensado retirarse. Al despedirse, recuerda Arlinda, el militar le manifestó que no la llamaría por teléfono en las dos semanas siguientes porque apenas se reportara en el batallón lo iban a mandar en comisión u operativo de inteligencia, como lo entendió ella. Arlinda Palencia contó los días. Tenía certeza que esta semana él se iba a comunicar con ella. Ya había pasado dos semanas. La llamada que recibió de la Armada el lunes en la tarde era la que menos esperaba. Un oficial le confirmó que Ramiro estaba entre las víctimas de la emboscada de las Farc. Lo que pasó COLPRENSA Los nueve infantes de Marina murieron al ingresar a un campo minado. Otros dos militares resultaron heridos y uno más se encuentra desaparecido. El comandante de la Fuerza Naval del Sur, general Rafael Colón, informó que “los hechos se presentaron cuando las tropas ingresaron a un área campamentaria de la cuadrilla 15 de las Farc para ubicar una caleta de explosivos y material de guerra que iban a ser utilizados en varios atentados terroristas durante la jornada electoral en el sur del país, especialmente en el municipio de Solano y otras poblaciones aledañas”. El general Colón aseguró que las operaciones contra la cuadrilla 15 de las Farc se mantienen y se le está prestando el acompañamiento necesario a las familias de los infantes que fallecieron, así como del que se encuentra desaparecido. Según Colón, las condiciones de la zona donde se libran los enfrentamientos son complejas para poder agilizar las operaciones de búsqueda del militar y agregó que “es una zona selvática difícil y agreste, pero todas las tropas por tierra, aire y fluviales están haciendo todo lo que esté a su alcance para encontrarlo”. Sobre los heridos, el general Colón informó que se encuentran estables pero siguen en observación.