Una “mala jugada” llevó a la muerte a El Calderito

La última fechoría de “El Calderito” fue poco antes de su muerte. Cerca de su casa, en el barrio Policarpa, le quitó el celular a una mujer que caminaba a su sitio de trabajo. Aunque “El Calderito” logró alejarse de su víctima, correr no fue suficiente para escapar de la muerte. En Policarpa dicen que ya estaba sentenciado desde la noche anterior por una “mala repartición”. Cruzar el barrio con el teléfono en la mano le sirvió de ayuda al individuo que lo andaba buscando para saldar una cuenta pendiente. Los testigos aseguran que “El Calderito” se percató de que lo seguían e intentó esconderse en la primera vivienda que encontró con la puerta abierta, en la calle 76. Sus esfuerzos resultaron en vano. Su compinche y ahora enemigo le disparó con un revólver, calibre 38 largo, antes que pudiera protegerse. Un balazo en la cabeza no sólo lo tumbó, acabó con su vida en el acto. Los residentes de ese casa almorzaban en esos momentos. Era la 1 de la tarde. La confusión se apoderó de muchos. Nadie se interesó por el asesino. Para éste, fue fácil subir como parrillero en una moto Auteco Boxer, de color rojo, y huir. La Policía supo que el vehículo, cuya placa termina en 19B, fue visto con dirección hacia Nelson Mandela, sector Las Torres. Los operativos se extendieron a esa zona sin los resultados esperados. Entre tanto, en el sitio de los hechos, la madre y una hermana de la víctima lloraban junto a su cadáver. En medio de su dolor, las dos reconocieron que “El Calderito” andaba por el camino equivocado. Para quienes lo conocían es casi seguro que a Edwin Salas Padilla, de 28 años, lo mataron porque se quedó con más de lo que le correspondía por una fechoría que hizo un día antes. Extenso prontuario La Policía confirma que Salas Padilla, alias “El Calderito”, fue retenido en varias ocasiones por los delitos de porte ilegal de arma de fuego, posesión de droga y hurto. Oficialmente se informa que su última detención fue en enero de este año. El primero de octubre del 2005, según las autoridades, la Policía lo retuvo en un operativo que realizó en Policarpa, calle de Las Flores. Con él fueron aprehendidos otros dos individuos. Todos ellos, dice la Policía, hacían parte de la banda conocida como “Los Mendoza”. El reporte sobre ese caso en particular decía que “Los Mendoza” eran señalados de cometer asaltos en residencias y buses intermunicipales, y de robar motocicletas. “Al momento de la labor de la Policía portaban un revólver calibre 22, del cual intentaron deshacerse arrojándolo a la basura cuando notaron la presencia de la patrulla uniformada”, anota el informe policial. Después de ese arresto, según la Policía, vendrían otros cuatro. Aunque siempre pudo recobrar la libertad al poco tiempo, no escapó de la muerte.