“Le pedí a Dios que lo recogiera”

Luz Marina Recuero siente que la muerte de su hijo es un alivio para ella como madre. A Yeison Moreno Recuero, de 23 años, lo asesinaron a machetazos el sábado en la noche en el barrio  San José de Los Campanos. La mamá de el Mello, como era conocida la víctima, dice que vivir con su hijo era una pesadilla y afirma que el homicida pudo ser cualquiera.
“Él robaba casi todos los días. Llevaba tres días bebiendo y hace dos días le iban a dar una palera. Yeison estuvo en cuidados intensivos el año pasado porque un ‘pelao’, al que él iba a matar, le dio varias puñaladas.  Mientras se recuperaba dijo que cuando saliera de la clínica iba a matar al que lo había acuchillado”, asegura Luz Marina Recuero.
La acongojada madre reconoce que está más tranquila y dice que a su hijo lo atacaron a machatazos en la puerta de su casa, pero al llevar varios días bajo los efectos del alcohol y las drogas, se acostó y no tuvo fuerzas para levantarse. Por eso, según ella, se desangró al pie de la cama.
Preso dos veces
De acuerdo con Luz Marina, su hijo fue encarcelado dos veces por riña y por porte ilegal de armas de fuego. “Mi hijo no le tenía miedo a la Policía ni a nadie. El viernes me pegó a mi, a su papá y a su hermano. Yo llamé a la Policía y él se fue, pero yo sabía que iba a volver, por eso nos fuimos a dormir a otra parte. Cuando volvimos, lo encontramos muerto”, agrega.
¡Dios, recógelo!
Con dolor de madre, Luz Marina dice que estaba aburrida del comportamiento de su hijo y admite que le pidió perdón a Dios por pensar en tomar justicia por su cuenta.
“Él le estaba haciendo mal a la comunidad. Yo le decía a mis amigos que no vinieran a la casa. Un vecino tuvo que sacar al hijo de la ciudad. La gente me gritaba cosas. Yo no estaba tranquila”, dice.
Luz Marina Recuero afirma que no tenía a quien acudir, por eso puso todo en manos de Dios. “Yo oraba para que Dios lo recogiera. Hasta le pregunté a una hermana de la comunidad si era pecado matar a mi hijo. Yo pensaba envenenarlo y terminar con tanto sufrimiento”, finaliza la madre.