“No hay capturas por la muerte de Lidusvir"

“No hay capturas por la muerte de Lidusvir Márquez Parra”. Esa es la única respuesta que El Universal encontró ayer tras indagar en la Fiscalía y la Policía por las investigaciones que se siguen por lo que ocurrió con la ingeniera de sistemas de Electricaribe la noche del pasado 3 de marzo en el barrio Crespo. Entre compañeros de trabajo de la víctima y sus amigos en Cartagena se corrió ayer la voz que una persona conocida de Lidusvir había sido retenida. Una fuente oficial de la Fiscalía asegura que aún no hay nada concreto por ese hecho y precisó que no ha sido emitida orden de captura alguna. Un vocero de la Sijín en Cartagena, organismo que conoció de primera mano el caso y que comenzó las investigaciones, se mostró sorprendido por el rumor y aclaró que no ha habido retenciones porque todavía no hay pruebas contundentes para vincular a alguien. Este medio estableció de fuentes judiciales que la captura de una persona cercana a la ingeniera pudo darse en Barranquilla, pero por otro proceso diferente. “Seguimos sin saber qué pasó con ella. Ni la Policía ni la Fiscalía nos dan respuestas. Todos los días preguntamos qué ha pasado, pero no hallamos respuestas”, dice una amiga de la víctima. Aunque inicialmente se informó que la muerte de Lidusvir fue por ahogamiento, la necropsia practicada al cadáver reveló posteriormente que lo que sucedió ese día fue un crimen y que ella murió por asfixia mecánica. La Sijín trabaja con las pruebas que le entregó Medicina Legal y con el retrato hablado de la última persona que fue vista con la víctima cerca del sitio donde fue hallado su cadáver, en uno de los espolones de las playas de Crespo. De ese individuo se dice por parte de testigos que lo vieron discutiendo con la ingeniera. Al cuerpo de la ingeniera de sistemas le tomaron varias muestras, muchas de las cuales fueron enviadas a Medicina Legal en Barranquilla. En una de ellas se comprobó que la mujer habría muerto al ser golpeada contra el espolón. Los familiares de la ingeniera, entre ellos su esposo y dos hijos, residen en la capital del Atlántico.