“No sé quién hizo esto, no tengo problemas con nadie”

A Bogotá, para que sean analizados por antropólogos forenses de Medicina Legal, fueron enviados ayer en la tarde los restos óseos que Álvaro Consuegra Osuna encontró debajo de su cama el domingo en la mañana. Según peritos de ese organismo, la osamenta será sometida a varios estudios para determinar su sexo, la raza y una edad aproximada. Mientras tanto, Consuegra Osuna vive en una nueva casa tratando de superar el susto que vivió al agacharse en su habitación para buscar un candado. “No quiero que cojan a mi familia para hacer chistes ni para ‘mamarles gallo’ como han estado haciendo. Esto es muy serio y la verdad no se lo deseo a nadie. “Fue un susto muy grande del que no quiero acordarme, por eso no quiero hablar mucho”, dijo ayer el mototaxista, de 30 años, quien hasta el pasado domingo habitó una pieza en el patio de una casa en el barrio San Francisco, Calle de La Plata. Osuna manifiesta que aunque nunca sospechó que le pasaría algo así, sí recuerda notó algunas situaciones extrañas recientemente. “Un día un hombre al que no conocía me dijo algo raro. Me quedó viendo y me dijo: ‘sabes qué…; múdate’. Yo no le presté atención pero después empezaron a pararme la moto y no me alcanzaba la plata”, cuenta. Álvaro busca un trabajo distinto al de las motos para cambiar de ritmo. “La verdad quisiera salir de por acá para cambiar de ambiente. La gente cree que esto es para vacilar y no me gusta eso”. Después de lo que le pasó el domingo, Consuegra Osuna recuerda fue a la iglesia y oró para olvidar el mal momento. Dice que todo lo ha dejado en manos de Dios y de las autoridades para que investiguen el caso.