Diseñar acciones que se constituyan en un plan estratégico para contrarrestar la crisis ambiental, social y económica que golpea a Playa Blanca, en la isla de Barú, es el propósito que por estos días congrega a varias entidades distritales y a empresas de la ciudad en la asociación ‘Unidos por Barú’.
Las secretarías de Planeación, Infraestructura y Valorización son algunas de las que están uniendo voluntades para solucionar impactos ambientales ocasionados por el aumento de turistas. Entre ellos está el daño al hábitat de las tortugas de carey, que anidaban en la zona y se han ido a otros lugares del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo.
La jefe de esa entidad, Stephanie Pauwels Romero, advirtió a El Universal el pasado 3 de enero que esa especie había resultado la más afectada desde 2014, con la instalación de 444 carpas y 130 kioscos. Al año siguiente, el número de carpas ascendió a 478 y el de kioscos a 174. Lea aquí (Turismo y construcciones afectan a Playa Blanca)
Esas construcciones “están generando erosión, y todos estos sedimentos están terminando en los parches de coral en el lecho marino”, recalcó Pauwels.
PLAN PARA JUNIO
Esas problemáticas se deben atender de manera inmediata, aseguró el viceministro de Ambiente, Carlos Alberto Botero, en una reunión realizada el pasado 25 de enero. Representantes de la Alcaldía Mayor, Procuraduría 3 Judicial II Ambiental y Agraria de Cartagena, Parques Naturales Nacionales y miembros de los consejos comunitarios de la isla, entre otros, participaron del encuentro.
Como alternativa de solución, el viceministro Botero anunció la formulación de un plan estratégico de desarrollo sostenible para dicha zona. Según informó la Alcaldía de Cartagena, el mismo está previsto a entregarse en junio.
Sin embargo, ya se están ejecutando acciones. Entre ellas está el apoyo permanente del personal contratista de Parques Nacionales para prevenir, controlar y vigilar tanto el arrojo de vertimientos y residuos sólidos como la destrucción de los recursos naturales de la playa y la construcción de obras de protección y muelles sin autorización.
Para frenar las construcciones ilegales también se están realizando visitas de control y vigilancia y atención de quejas, mientras que para controlar el acceso a Playa Blanca por vía acuática se inspecciona la salida y llegada de las embarcaciones que zarpan desde el Muelle de la Bodeguita y otros embarcaderos.
El mismo control se hará a quienes acudan a la vía terrestre con el proyecto peaje social de la vía Barú que se presentará ante el Concejo Distrital. La Alcaldía de Cartagena explicó que con ese peaje la idea es controlar la llegada de los visitantes, pues -como indicó Botero- “la zona tiene capacidad aproximada para recibir entre 3000 y 3200 personas. No obstante, hay días que llegan hasta 15 mil personas, especialmente en temporada alta y fines de semana”.
Además se gesta la elaboración de un estudio de capacidad de carga turística, la instalación de señalización terrestre con las actividades prohibidas y zona de anidación y campañas a través de redes sociales sobre la importancia de conservar las especies marinas.
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