Debido a que los paseos en coches son considerados un servicio de tradición en la actividad turística de la ciudad, fueron eximidos del decreto presidencial que ordena sustituir dichos carros de tracción animal.
Sin embargo, las falencias, a todas luces, en el control que las autoridades ejercen sobre la actividad pone en tela de juicio tal exención toda vez que devela una debilidad enorme de Cartagena para situarse como una ciudad sostenible, de acuerdo a los parámetros internacionales de competencia que demandan convivencia armónica con la naturaleza y respeto, por parte de los humanos, hacia los demás seres vivos.
Zully Salazar, presidente de la Corporación de Turismo, precisa que “el turismo está en todo el mundo, lo que debemos hacer las ciudades en donde se ejerce es adoptar las mejores prácticas para que sea sostenible en el tiempo. Si ofrecemos un servicio de coches que consiente el maltrato animal no estamos adoptando las mejores prácticas y por tanto no será sostenible”.
Ciudad más consciente
Así las cosas, la situación actual del servicio de coches debe ser superada. En la oficina jurídica del Distrito se encuentra en revisión el documento que propondrá al Concejo, el ejecutivo local para expedir un nuevo decreto que modifique la legislación actual sobre el servicio público de coches en Cartagena, consignada en el decreto 0647 de octubre de 2003.
“Se hace necesaria la modificación porque en 2003 no había en la ciudad la consciencia que hay ahora sobre los derechos de los animales y porque algunas rutas de circulación de los coches señaladas allí ya perdieron vigencia”, expresa Irwin Pérez, representante de la Corporación de Turismo en las mesas de trabajo para la construcción del nuevo decreto.
En la elaboración del documento participan, además, la Unidad Municipal de Asistencia Técnica (Umata), que tiene la responsabilidad de control y vigilancia del cuidado de los caballos; el Dadis, que debe velar por unas pesebreras en óptimas condiciones y el Datt, que debe ejercer control sobre la circulación y el buen estado de los coches. Estas entidades contaron, según Pérez, con la asesoría de expertos de asociaciones equinas recomendadas por grupos ambientalistas.
Son cuatro puntos básicos sobre los que se soportaría el decreto: las condiciones de animal especificando nuevas tallas y peso, tipo de animal para esta actividad, la exigencia de un manual para el manejo de los equinos, las condiciones de las pesebreras y las rutas por donde deben transitar los coches.
Debate social y político
El reciente episodio ocurrido el 21 de abril, en una calle del Centro, donde un caballo de aparente talla y peso correspondiente a lo exigido por las autoridades para ser usado en la actividad, se desplomó al suelo mientras jalaba un carruaje con cuatro turistas, que ni siquiera se inmutaron ante la situación, levantó nuevamente la polvoreda contra las anomalías del servicio, que saltan a la vista.
El suceso, además, de ocasionar una trifulca callejera entre ambientalistas y cocheros generó, en las redes sociales, fuertes críticas de la ciudadanía hacia las autoridades.
Más allá de las normas, lo que los cartageneros exigen es que las autoridades las hagan valer y no permitan que el gremio de cocheros las siga violando como lo ha hecho hasta ahora, en tarifas, horarios, rutas y abuso contra los caballos.
El concejal, Germán Zapata, prepara un debate en el Concejo para cuestionar la flaqueza del Distrito ante lo que él llama “la ilegalidad del servicio público de coches”.
El primer punto que cuestiona el cabildante es que el decreto 0647 reglamenta un servicio de coche turístico sin tener en cuenta que la prestación de éste implica una actividad comercial de pesebreras o establos, cuya autorización en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) está condicionada a una regulación previa de la Secretaría de Planeación, la cual no existe.
“Para ello, Planeación tendría que hacer estudios que determinen las áreas urbanas del Distrito donde podrían ubicarse las caballerizas de los cocheros, así como definir los requerimientos urbanísticos con los cuales deben cumplir estos establos para mitigar el impacto que la actividad genera. Como esto no está hecho, toda reglamentación que expida el alcalde pretendiendo regular el servicio de coche turístico, que necesariamente incluye pesebreras, estaría afectada de nulidad por desconocer la norma de orden público, como lo es el POT. Reglamentar el uso del suelo por fuera de lo establecido en el POT es competencia exclusiva del Concejo”, explica Zapata.
Otros cuestionamientos que el Concejal pretende plantear en el debate son: ¿Quién es el responsable de la prestación del servicio de coches turísticos. Es el dueño del caballo, es quién conduce el coche o es el dueño del vehículo que hala el caballo? ¿Qué riesgos debe amparar el seguro establecido en la reglamentación: daños del vehículo, daño a terceros? ¿Cómo se garantiza la cobertura que tiene el seguro obligatorio SOAT? ¿Quién debe ser el responsable de aportar la póliza? ¿El servicio de caballeriza que utilizan los cocheros es, también, de naturaleza turística? ¿Debe estar bajo la responsabilidad del dueño del coche, del dueño del caballo o del cochero? ¿Si no es turístico, cómo se clasifica? ¿Las caballerizas se ubicarán en zonas de espacio público o privadas?
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