Confiar en sí mismo le permite enfrentar mejor la vida

La autoconfianza es un término muy escuchado en las conferencias de superación personal. Aunque unos piensan que es “carreta”, otros dicen que no sólo es importante sino que en la medida en que se tenga, es posible no sólo quererse sino alcanzar todas las metas propuestas.
¿Cuál es la verdadera importancia de este término que se convierte en un sentimiento y al tiempo en una capacidad?
“La autoconfianza es la capacidad que tiene el ser humano de creer y tener seguridad de sí mismo, lo cual parte de la autoestima. Dependen de: ¿qué tanto me valoro?, ¿qué tanto me quiero?, ¿qué tanto me respeto?”, afirma, Adolfo Castilla, psicólogo del Departamento Distrital de Salud, Dadis.
“Esto se traduce en la definición de los esquemas de la personalidad, como lo son el concepto, respeto, seguridad y eficacia de sí mismo, y en la capacidad de creer y confiar en los demás”, agrega.
Quienes creen que esto es pura “carreta”, deben saber que cuando las personas confían en sus capacidades, son más exitosas, se desempeñan en cualquier campo y se adaptan más rápido a los cambios.
Además desarrollan una buena inteligencia emocional, lo cual les permite tener relaciones más sanas, manejar mejor sus emociones y todas las adversidades que se le presenten.
Empieza en el vientre
Pero la capacidad de confiar en sí mismo, la cual va ligada de la autoestima, se adquiere desde el proceso de gestación del ser humano.
“Desde nuestro proceso de gestación vamos teniendo un contacto directo a través del cordón umbilical con nuestra madre y en ese momento se van fortaleciendo aspectos de nuestra personalidad porque ya tenemos vida, como la seguridad, confianza, armonía y valoración hacia sí mismos; posteriormente esos aspectos en la primera infancia se van desarrollando y continúan evolucionando en la adolescencia, en la que comenzamos a ver cuánto nos queremos, valoramos y respetamos, vamos volviéndonos menos inseguros y más seguros de nosotros mismos y podemos compartir sin dificultad con el medio que nos rodea y el resto de la sociedad”, dice Adolfo Castilla.
Pero, ¿cómo promover esa capacidad de confiar en sí mismo, en el niño?. “Todo sentimiento que se genere en la madre influye en el niño, es decir, si el bebé es rechazado, amado, querido o respetado, todo influirá. Entonces es importante expresarle amor a través de un “te quiero” o un “eres lo mejor que me ha sucedido”, porque son los primeros contactos que le generan confianza al niño. No sólo debe hacerlo la madre, sino el padre y todas las personas que lo rodean. Eso irá fortaleciendo su confianza y dependiendo de ello podremos ver niños que nacen con mucha alegría o deprimidos”, señala el Psicólogo.
“En la medida en que vayan creciendo se hace lo mismo con palabras de afecto, abrazos, un contacto visual, un aplauso, diciéndoles que se les quiere. Hay otros reforzadores como premios, algo de comer que les guste, pero lo más importante es la estimulación con las palabras. Eso se puede estimular más aún con refuerzos visuales, aunque no acostumbramos hacerlo mucho. Se trata de escribir sobre papel, “yo me quiero”, “me amo”, “me valoro” y poner esos papeles en lugares visibles de la casa, porque la repetición y la observación hacen el aprendizaje y estamos fortaleciendo los esquemas mentales de los niños y adolescentes”, añade.
Mejor inteligencia emocional
Existen muchos beneficios de alimentar la autoconfianza y por ende la autoestima, entre los cuales está la adquisición de una buena inteligencia emocional.
“Los niños que confían en sí mismos son más seguros, desarrollan mejor su inteligencia emocional, que es la capacidad de conocernos, entendernos y controlarnos, así podremos desenvolvernos bien en cualquier contexto. La inteligencia emocional da más resultado que cualquier inteligencia científica, porque no se hace nada con una inteligencia científica si no se sabe relacionar, y no puede desempeñarse frente a las cosas, pues sólo con ella se aprende a enfrentar cualquier situación y a manejar las emociones”, explica el profesional Castilla.
Según Castilla, “cuando una persona tiene el autoestima definido, evita consecuencias desagradables como cambios anímicos inexplicables, depresiones infantiles, adolescentes o en la vida adulta; logra cumplir con facilidad sus metas, e incluso evita trastornos de alimentación o sueño, que se pueden generar a partir críticas”.
Beneficios
Los niños con potenciales definidos son capaces de:
Lograr metas grandes porque saben que se merecen cosas grandes.
Destacarse en las instituciones escolares.
Tener liderazgo y autonomía.
Ser poco vulnerables a la manipulación de externos, a situaciones como abuso sexual o maltrato infantil.
Enfrentar situaciones de duelo mucho más rápido como la muerte de una persona, de un animal.
No dejarse influenciar por inclusiones a grupos como pandillas.
¿Y si ya es adulto...?
Adolfo Castilla da unos consejos que pueden ayudar a mejorar la autoestima de las personas adultas:
Se debe identificar qué tan débil es su autoestima y la autoconfianza.
Saber en qué situaciones no puede decir no, porque se siente culpable.
Observar si se le dificulta hablar en público.
Ver si tiene incapacidad para expresar lo que siente aunque sepa que los demás se están equivocando.
Buscar ayuda en su familia y amigos cercanos, ellos debe contribuir con los reforzadores a promover la motivación cuando las cosas están bien.
Castilla dice que la herramienta observación repetición podría funcionar aunque es mejor asimilada en los niños, y agrega que se debe buscar un profesional de apoyo.