La sordera se puede detectar a tiempo

Una alteración auditiva descubierta a tiempo puede evitar problemas graves como la sordera, especialmente en niños recién nacidos. La prueba más recomendada para establecer si una persona escucha o no es el tamizaje auditivo.
Si alguien de su familia registra pérdida auditiva; si usted sufrió durante el embarazo enfermedades como rubéola, toxoplasmosis, citomegalovirus y herpes; si su hijo al nacer pesó menos de 1.500 gramos o le diagnosticaron ictericia y meningitis. ¡Alerta! Tiene que someterlo a un tamizaje auditivo.
El tamizaje auditivo es un conjunto de pruebas audiológicas que se debe practicar a un amplio grupo poblacional, pero que se recomienda especialmente para niños entre cero y 5 años de edad, y que busca detectar a tiempo una pérdida auditiva.
En el caso de los neonatos los especialistas recomiendan hacer este examen antes de que cumplan los tres meses de edad. “Es muy diferente si se detecta una pérdida auditiva cuando el bebé ha cumplido sus tres primeros meses de vida, a descubrirle la pérdida cuando ya ha pasado un año o más porque es probable que durante todo este tiempo el pequeño no haya escuchado bien y, por tanto, haya permanecido aislado. La consecuencia lógica de esto es que va a haber un retraso en el desarrollo de su lenguaje y más adelante se van a presentar dificultades en su desempeño escolar y de aprendizaje, en su parte afectiva y, por supuesto, en su comunicación con las demás personas”, asegura la Doctora Adriana Rivas, Médica especializada en Audiología de la Clínica Rivas.
Además del tamizaje auditivo los audiólogos les aconsejan a los padres estar siempre pendientes de la conducta de sus hijos menores de un año, o sea, cuando estos no reaccionen ante la presencia de ruidos fuertes; cuando les hablen y no presten atención; cuando no miren hacia el lugar de donde proviene un sonido, entre otros.
En etapas más avanzadas de su desarrollo escolar los adultos deben ser acuciosos ante las quejas de los maestros, cuando se refieren a que los niños se distraen con frecuencia, no atienden las instrucciones, se mantienen alejados de sus compañeros o de las rutinas en sus aulas de clase.
“Además, está en el criterio de los papás observar que si el niño tiene 4 años y no habla es porque debe haber alguna alteración auditiva o un problema  neurológico. Lo mismo, si no responde cuando se le conversa en un tono normal; si pone el volumen del televisor demasiado fuerte. Todos estos factores son síntomas claros de que el niño no está teniendo la suficiente retroalimentación auditiva”, asegura el Otorrinolaringólogo y otólogo José Antonio Rivas Director de la Clínica Rivas.
Más vale a tiempo que mal diagnosticado
Los síntomas mencionados anteriormente obligan a los padres a consultar la opinión médica y a someter a su hijo a un examen cuidadoso como el Tamizaje Auditivo que, si se compara con los costos posteriores de la rehabilitación, los audífonos y los inconvenientes psicológicos y de socialización derivados de la pérdida auditiva, resulta mínimo.
“Un buen tamizaje busca determinar la integralidad de la unidad auditiva que va desde el oído interno hasta la corteza auditiva cerebral. Mediante unos estímulos ponemos a trabajar toda la vía; podemos inferir como está la sensibilidad auditiva y definir, con este solo examen, cómo está escuchando una persona”, afirma la audióloga de la Clínica Rivas, Andrea Quiroga.
Cuando se habla de estímulos se hace referencia a tonos puros o tonos modulados, emitidos por equipos especializados y que finalmente dan cuenta de si el paciente los percibe o no, alzando la mano o dando una señal física de su percepción. Si se trata de bebés, entonces, se habla de pruebas comportamentales para las que el audiólogo debe tener la suficiencia experticia y observar parpadeos, sobresaltos, llanto o fijación de la mirada hacia el sitio donde se originó el sonido”, agrega la audióloga.
Si no hay respuesta de ninguna naturaleza lo más seguro es que el bebé o el pequeño haya perdido la audición. Y dependiendo del nivel de pérdida los médicos recomendarán tratamiento que va desde los fármacos, pasando por los audífonos hasta sugerir el implante coclear.
Tics para prevenir enfermedades del oído
Si una mujer está pensando en ser madre, solicite una consejería genética en caso de existir una historia familiar de pérdida auditiva.
    Durante el embarazo evite el contacto con personas que tengan enfermedades eruptivas, y con animales domésticos.
    No fume, no tome alcohol ni consuma sustancias psicoactivas.
    Procure ponerle música al bebé y hablarle para estimular su oído.
    En la etapa posnatal, alimente a su bebé con leche materna, mínimo hasta los seis meses de edad; complete el esquema de vacunación y evite remedios caseros como aplicar leche materna cuando el pequeño tenga dolor de oído; evite el uso de copitos y de otros elementos que puedan afectar el canal auditivo del bebé.
    Háblele con frecuencia a su hijo, exagerando la modulación si es posible; estimule el diálogo, el canto, repítale frases y palabras sonoras; utilice juguetes que produzcan sonidos y descríbaselos; aplauda y produzca diversos sonidos que obliguen al niño a buscar su procedencia. Todo esto contribuirá al desarrollo favorable del lenguaje, fundamental para la comunicación a lo largo de la vida.
    Cuando se trate de niños más grandes evite su exposición a ruidos fuertes, y no permita que su hijo se introduzca objetos extraños en los oídos.