Los usuarios de cabinas para bronceado artificial tienen tendencia a la ansiedad y a presentar un acostumbramiento a sus efectos similar a los adictos al alcohol u otras drogas, y eso pese a los “esfuerzos por informar al público sobre los peligros para la salud” de esta práctica, concluye un estudio publicado este lunes. “Pese a nuestros esfuerzos por informar al público sobre los peligros para la salud asociados a las radiaciones de rayos UV, artificiales o no, se observa un progresivo aumento del número de jóvenes adultos que recurren al bronceado artificial”, subrayan los autores del artículo, publicado en la Revista de dermatología ('Archives of Dermatology'). “Además de su deseo de mejorar su tez, van a hacerse broncear para distenderse, estar de mejor humor o socializar”, agregan. “Esta exposición repetida a los rayos ultravioletas corresponde al mismo comportamiento que el de los dependientes de sustancias”, explican. El estudio incluyó una encuesta a 421 estudiantes realizada por profesores del centro oncológico Memorial Sloan-Kettering y la Universidad de Albany, en el estado de Nueva York, y encontró que más de la mitad (229) concurrían a cabinas de bronceado artificial un promedio de 23 veces por año. Entre estos estudiantes, 70% mostraba síntomas de dependencia del bronceado artificial, según métodos de medición adaptados de cuestionarios para medir dependencia a otras sustancias.
Salud
Los usuarios de cabinas de bronceado pueden desarrollar dependencia, dice estudio
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