Primeros auxilios para salvar vidas del suicidio

Así como existen primeros auxilios para salvar a las personas de la muerte por enfermedades del corazón o respiratorias, también los hay para salvar del suicidio.
Y es que aunque el suicidio no haya tocado a su puerta, es una problemática social en la que todas las personas deben incluirse buscando prevenirlo, debido a que se presenta en todos los estratos sociales y en cualquier etapa de la vida.
Por esta razón, es mejor que usted esté listo para brindar atención en cualquier caso y de paso puede salvar una vida.
Usted puede evitarlo
“No se necesita ser psicólogo para brindar unos primeros auxilios que disminuyan el riesgo de un suicidio. El único requisito para hacerlo es ser persona y estar en mejores condiciones que el afectado. Hay un ABC de primeros auxilios que es muy sencillo, lo primero es escoger un lugar para hablar con el afectado, el cual debe ser privado, donde no se sienta juzgado ni señalado y pueda abrir su intimidad a otro que lo va a escuchar; después se le debe manifestar aceptación incondicional a esa persona, pues no tiene ningún sentido que alguien confíe en mí y yo lo critique o le diga que lo suyo es una bobada, si para el que presta los primeros auxilios esto no sería un problema, hay que ponerse en los zapatos del otro y aceptar que para el otro si es un problema, sin generar calificativos ni criticas”, afirma Gustavo Torres, psicoterapeuta del Programa de Salud Mental del Departamento Distrital de Salud, Dadis.
“Luego se le pregunta de manera sencilla cuál es el problema: qué ha pasado, qué está pasando ahora, qué le preocupa que pase, es decir, en pasado, presente y futuro para que la persona se vea invitada a explicar lo que sucede y mientras lo hace vaya comprendiendo más la situación, pues muchas veces en medio del desespero no comprenden lo que les sucede”, dice.
“Después de reconocer el problema o los problemas, se prioriza cuál es el principal o que tiene que ver con los demás y se buscan posibles situaciones, siempre propiciando que el afectado sea quien sugiera ideas y propuestas para ir orientándolo hacia una responsabilidad de solucionar su propia vida. Finalmente se remite al profesional que le compete y se indaga sobre redes de apoyo como grupos de oración (no fanáticos), grupos artísticos, de deportes u otros medios en los que puedan expresarse”, puntualiza.
Estos pasos se realizan cuando se observan señales de riesgo de suicidio en una persona.
Señales de riesgo
Es importante que aprenda a identificar en qué momento una persona está en riesgo de suicidio.
Hay que observar si hay cambios en los patrones de sueño y alimentación de la persona, aislamiento social repentino y constante, despreocupación y desinterés por todo, si estudian puede haber un bajo rendimiento escolar repentino, comenzar a consumir alcohol o drogas, entre otros”, indica la psicóloga Ángela Armesto Ardila, coordinadora del Programa de Salud Mental del Dadis.
También hay otras señales que le pueden ayudar a saber si alguien está pensando en el suicidio como una solución a sus problemas.
“Si una persona presenta signos de tristeza, desesperanza, desilusión, que sean sentimientos que no haya sabido manejar y que hayan persistido en el tiempo, pueden ser señales. Si a parte de eso encontramos señales como que escucha voces que les dicen que se suiciden, que a parte de eso también viven solos y se aíslan, o si empiezan a realizar cartas de despedida y repartir objetos, como haciendo una especie de testamento vivencial, debemos saber que esa persona está en alto riesgo de suicidio”, señala Gustavo Torres.
Cartagena trabaja en prevención
En Cartagena se trabaja para prevenir el suicidio. “Hemos ido fortaleciendo poco a poco las estrategias y al tiempo hemos disminuido los índices de suicidio en la ciudad, de manera paulatina, luego de que en 2009 tuviéramos el pico más alto, aunque siempre hemos tenido porcentaje por debajo de la medida nacional. En ese año sorprendentemente la población más afectada por este problema, fue la de los jóvenes, incluidos adolescentes, luego de que todos los estudios indicaran que la población más afectada por el suicidio siempre era la de los adultos mayores”, acota Ángela Armesto Ardila.
“Por esa razón, decidimos trabajar desde los colegios, ir hasta los jóvenes, hasta sus maestros, padres de familia y todo lo que los rodea, para llegar a la raíz del asunto. De esa manera hemos logrado ir disminuyendo los índices de suicidio en Cartagena. Con los grupos de personas hemos formado agentes multiplicadores de los factores de riesgo y de los mecanismos de prevención, mucha gente nos conoce y se ofrece como voluntario para salvar vidas en estos casos”, añade.
El Distrito ofrece atención especializada en salud mental para toda la comunidad. Las personas con alteraciones mentales no son capaces de ver las respuestas con tanta facilidad ni claridad como las demás personas, todos podemos ayudar y salvar una vida.
Los cartageneros también pueden solicitar apoyo a la ESE Cartagena de Indias y a través de la línea 6602193 o el celular 3175030461 del Centro Regulador de Urgencias y Emergencias, CRUED, para recibir orientación especializada.
Igualmente pueden asistir al Centro de Atención de la Esperanza, CAP de la Esperanza, dónde encontrarán atención psiquiatría o psicología, todos los días de 7 de la mañana hasta las 12 del medio día, sin barrera de acceso, ó al Centro de Salud de Fátima, en el que atienden todos los días de 12 del mediodía a 5 de la tarde, excepto los miércoles, que el horario es la mañana.
Signos o síntomas
Emocionales. Sentirse desesperanzado, no querido, ansioso o que no vale nada, enojado por situaciones que le causan los sentimientos suicidas, sentir culpa por no poder mejorar su situación, tener cambios bruscos en el estado anímico, carecer de placer o pérdida de interés en actividades con sus amigos o hobbies.
De comportamiento. Regalar objetos personales porque ya no los necesitará, despedirse de seres queridos, hablar de realizar viajes largos, finalizar asuntos personales (finanzas, cuidado de mascotas, deudas, etc.), escribir poemas, notas o diarios sobre la muerte o suicidas, tomar riesgos innecesarios siendo irresponsable o impulsivo, descuidar la apariencia física.
Mentales. Incapacidad de concentrarse o de tomar decisiones, hablar de la muerte o tener cierta preocupación acerca de la misma.
Físicos. Alteraciones y cambios en el patrón de sueño, alteraciones en los hábitos alimenticios (Disminución o aumento en apetito), falta de energía o hiperactividad, dolores de cabeza o de estómago persistentes, o dolor crónico, presentar conductas autodestructivas (como beber alcohol, consumir drogas y autolesionarse, por ejemplo).
Pensamientos suicidas
Expresiones o pensamientos suicidas:
"Ojalá estuviera muerto"
"No puedo soportar mi vida más”
“Arruino todo lo que hago"
“Estarías mucho mejor sin mí”
“No hay esperanza”
“Nada mejorará”
“No estoy seguro de que estaré aquí”
“Quizás me duermo y nunca despierto”