La Cárcel de mujeres de San Diego atraviesa por uno de sus peores momentos. Además de las deficiencias en infraestructura que pone en continuo riesgo a las internas, las pocas herramientas de los guardias, las luchas internas por convivencia y los problemas en salubridad hacen de esta penitenciaría una bomba de tiempo.
Luego de una pelea protagonizada por internas oriundas de Barranquilla y Magangué, que ocasionó graves destrozos al mobiliario de la cárcel, la Personería Distrial, en cabeza de William Matson, realizó una visita para ver las condiciones en las que viven las reclusas. Tras la visita, el personero reveló una serie de irregularidades que deben ser atendidas por seguridad de administrativos, guardianes y presas. (Lea aquí: Internas de la cárcel de San Diego protagonizan una pelea)
Según señaló Matson, en una requisa se encontraron diferentes tipos de armas corto punzantes y contundentes, las cuales son usadas para intimidarse entre reclusas. Asimismo, se conoció que estas armas son ingresadas por visitantes, en su mayoría mujeres, a través de sus partes íntimas.
“Luego de los hechos ocurridos la semana pasada, donde varias internas tuvieron problemas por razones de convivencia. Visitamos el penal y encontramos una serie de condiciones que consideramos irregulares y que ponen en riesgo a las autoridades administrativas del penal y a los guardianes. Pudimos ver diferentes armas que son utilizadas por algunas internas”, indicó el personero distrital.
Respecto a los problemas de salubridad, el ente de control denunció que en medio de la visita se logró evidenciar que internas con VIH y tuberculosis comparten baño ce interactúan con reclusas sanas sin ningún protocolo de seguridad, lo que podría provocar un contagio involuntario.
A pesar de la gravedad de lo anterior, el personero recalcó con especial preocupación la falta de herramientas en el penal, y dejó ver a través de un video cómo las celdas son cerradas con esposas dañadas ante la falta de candados. La misma falta de herramientas, dice, deja expuestos a los guardias ante cualquier intento de motín que se pueda presentar.
“Los guardias no tienen herramientas. Ni un bolillo. Esto no solo pone en peligro a las autoridades administrativas sino también a los mismos guardias cuando tienen que llevar a cabo el control de una subordinación por parte de las internas. Hay que dotar con herramientas a los guardianes y hay que dotar de guardianes a la cárcel porque son muy pocos”, finalizó Matson.
En la cárcel de San Diego, en pleno Centro Histórico, hay una población cercana a las 150 internas. El grave estado de la edificación obliga a hacer un traslado definitivo de la penitenciaria. Se espera que en un año y medio o dos, con la construcción de un nuevo pabellón en la cárcel de Ternera, exclusivo para mujeres, se pueda dar solución a este problema. (Lea aquí: El traslado de la cárcel de San Diego es un hecho)
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