Un par de semanas atrás las redes sociales comentaban un video de 5 minutos y 22 segundos donde un grupo de jóvenes del barrio El Pozón, al sur de Cartagena, invitaban a todos sus amigos y conocidos a la fiesta de 15 años de Jhon Wilches, otro joven del barrio. Sin embargo, las frases utilizadas por los adolescentes, la música sugestiva del video y la invitación a las niñas de no acudir en jeans sino en short generó una ola de críticas que estigmatizaron, señalaron y discriminaron a este grupo de muchachos.
Los adolescentes protagonistas y realizadores del video no exceden la mayoría de edad, estudian y sueñan con ser grandes profesionales y desde ya trabajan en ello con su productora Blessed Production. Viven en el barrio El Pozón y son integrantes de familias humildes que todos los días se esfuerzan por obtener un sustento económico. Desde que se volvieron populares en la ciudad- sin buscarlo y no de la manera que esperaban- ahora ellos y sus padres han salido a demostrar a la ciudad que son personas de bien, que hicieron un video “de recocha”, que no pensaron tendría el impacto que generó, en el cual las frases y palabras empleadas pudieron haber causado una mala percepción de ellos.
“BienmiAmor” y las “Chicas Playboy de El Pozón” fueron unas de esas expresiones que generaron mayor impacto y que están regadas en toda la ciudad. Ahora, para referirse a cualquier tema, las personas acompañan sus publicaciones en las redes sociales con una palabra compuesta: “#Bienmiamor”.
Una foto en la playa con gafas de colores; otra de una salida nocturna; una tarde en el Centro de Cartagena; un grupo de amigos departiendo en una tienda… cualquier ocasión, desde la más urbana hasta la más elegante ahora va acompañada de este hashtag.
Para ellos no ha sido fácil esa “fama” pues aseguran que deben vencer esa impresión errada que muchos cartageneros se hicieron tras ver el video, pero están luchando para enfrentar los problemas que esto les ha implicado en su comunidad y en sus casas, y están sacando provecho de “su cuarto de hora”.
La madre de uno de los jóvenes, por ejemplo, señala que decidió sacar a su hijo de la institución educativa en la que estaba para evitarle los señalamientos que le hacían, un posible caso de matoneo, del que según ella participaban algunos miembros del cuerpo docente. Anita, la peculiar pelirroja, que dijo hacer parte de las Playboy de El Pozón, hoy confiesa con picardía e inocencia, que después de que la regañaran en su casa, buscó en Google el significado de “Playboy” y se encontró con que esa palabra que dijo de manera repetitiva tenía un significado sexual que desconocía.
En un principio estos jóvenes fueron señalados y criticados, pero poco a poco han ido aclarando por qué hicieron lo que hicieron, y de la mano de sus padres han impulsado sus proyectos de vida y sus aspiraciones, tanto así que incluso en sus redes sociales se les observa enfocados en su productora y en la venta de camisetas con la frase “Bien mi amor” que sacaron a propósito de este boom.
Javier Julio Bejarano, representante legal de la Fundación Cartagena de Todos, quien hizo parte de un debate suscitado a raíz de la publicación del video (que se realizó en la Biblioteca de la Universidad de Cartagena, sede Centro), señaló que las realidades que se viven en nuestros barrios populares no pueden ocultarse, pero que se pueden abordar “desde diferentes perspectivas que permitan que el barrio en vez de ser discriminado y satanizado, pueda resaltar su realidad y que se muestre que dentro de estas comunidades viven personas de valores, como ellos, que son emprendedores que desean salir delante y hacer cosas buenas”.
Bejarano agregó: “en vez de estigmatizar lo que hay es que buscarle canales a todos estos jóvenes para que tengan acceso a la educación y llevar su emprendimiento a otro nivel”.
Los chicos y su original invitación a una simple fiesta de 15 años obtiene hoy la atención de toda una ciudad, incluso hasta del Gobierno Distrital, que a través de la Secretaría del Interior, brindará a los muchachos de la productora Blessed la vinculación al proyecto cinematográfico “3Golpes”, que actualmente se realiza con jóvenes en riesgo y en el que participa el cantante de champeta urbana Kevin Flórez. También fueron incluidos en un video invitacional de la Alcaldía de Cartagena para que los ciudadanos hicieran parte de la fiesta del Cumpleaños 483 de Cartagena que se celebra hoy 1 de junio.
El fenómeno de los “Bienmiamor” puso a pensar a la ciudad sobre la juventud cartagenera, sus formas de comunicarse y a la vez de identificarse en la sociedad. Sirvió para generar un debate que debía darse en la ciudad y que ha generado todo tipo de cuestionamientos y encontrones de vertientes de pensamiento.
NUEVAS DINÁMICAS DEL LENGUAJE
Para el docente del programa de Lingüística y Literatura de la Universidad de Cartagena, Freddy Ávila Dominguez, este tipo de fenómenos que surgen en el habla, hacen parte de las nuevas dinámicas de comunicación y del lenguaje.
“Son expresiones que a lo mejor dentro de un enunciado, dentro de una construcción del discurso no cumplen una función sintáctica como nosotros lo venimos tratando tradicionalmente. Es decir, tú puedes prescindir de ella y el mensaje que transmites sigue estando claro para quien te está escuchando, pero al utilizar una de estas expresiones, que en lingüística llamamos marcadores del discurso, estamos guiando la interpretación de los enunciados. En México, por ejemplo, se utilizan expresiones como ‘güey’ o ‘cabrón’ ”.
Además explicó que expresiones como: “te la tiro plena”, “esa es la que te cae”, hacen que uno pueda decirle al otro que tenemos mucho en común y que hacemos parte del mismo grupo social”.
LOS BIENMIAMOR
Los “Bienmiamor” hacen parte de la dinámica de la ciudad. Ellos son mucho más que un grupo de jóvenes del barrio El Pozón a los que se les ocurrió llamarse así porque es la frase que siempre dicen cuando alguien les pregunta cómo estás, cómo me veo, cómo me queda esta blusa, cómo estuvieron las clases, y más. Estos jóvenes talentosos quieren demostrar que ellos y las personas de su barrio son gente pujante y trabajadora, que no tienen por qué estigmatizarlos como pandilleros, vagos o vulgares, porque lo que quieren es salir adelante.
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