El regalo de cumpleaños de una niña de nueve años residente de Petare, en las faldas de la Popa, terminó empañado como consecuencia de un supuesto acto discriminatorio. La menor se preparó desde muy temprano (ayer jueves), pues su tío le regalaría un inolvidable paseo en coche por el Centro Histórico, lugar, que poco conocía debido a las dificultades económicas que atraviesa el ser integrante de una familia estrato uno en Cartagena.
Cerca de las siete de la noche, la niña paseaba junto a su mamá en la carroza de un caballo cochero por las calles del centro amurallado, cuando fue abordada según testigos, por un agente de tránsito que pidió al conductor del coche bajar a la menor por ser de piel negra.
“Yo estaba con la carroza en la ciudad amurallada pues ya me disponía a pasear a la niña porque estaba de cumpleaños, Luego un policía de Tránsito que se encontraba en la Calle de la Amargura me dice que me debo detener porque a la niña no la puedo pasear por el centro porque era negra y no era turista. Me bajó a la niña del coche y me trajo hasta el Parque de la Marina e intentó agredirme”, señaló Fabio Arzuza, Cochero.
El altercado produjo la exasperación de varios de los compañeros de Arzuza que se encontraban en el Parque de la Marina, lo que produjo enfrentamientos entre estos y varios miembros de la Policía Metropolitana.
“Varios policías llegaron al lugar y se enfrentaron contra nosotros, en vez de defendernos, lo que hicieron fue agredirnos, nos arrojaron gases lacrimógenos, a un compañero se lo echaron en los ojos, nos maltrataron con los bolillos y se lo llevaron preso, Todo por pasear a una niña negra”, comenta Arzuza.
El cochero agregó que no es la primera vez que suceden este tipo de escenas discriminatorias cuando llevan en sus coches a personas de color negro o a personas residentes en los barrios deprimidos de la ciudad.
“Nosotros ofrecemos un servicio para todo el mundo, pero ‘solo debemos pasear turistas, si usted es negra no la puedo pasear por el Centro’, según los policías, ‘solo pueden pasear los blancos, el negro no puede, los cartageneros no pueden pasear los coches’ ”.
El enfrentamiento que duró más de una hora dejó como saldo un cochero capturado y otro más herido.
“Hacen pasar a sus familiares como clientes”: Datt
El Director del Departamento de Tránsito y Transporte, Jorge Enrique González, explicó que lo acontecido en la noche del jueves hace parte de una estrategia por parte de los cocheros que llevan a sus hijos, vecinos o amigos y los montan en el carruaje haciéndolos pasar como turistas para poder ingresar al Centro Histórico.
“Desde el Departamento de Tránsito y Transporte hemos venido ejerciendo controles como lo está establecido en el decreto 0656 que regula esta actividad. El decreto es muy claro, el servicio de coches debe tomarse en el parque de la marina e ingresar al centro histórico para retornar al mismo sitio, pero hemos notado que algunos cocheros están tomando a familiares y amigos y los hacen pasar como turistas o clientes de este servicio para ingresar al Centro Histórico”.
González explicó que una vez los cocheros ingresan al centro histórico, los supuestos clientes se bajan del coche y ellos empiezan a ofrecer el servicio de forma irregular.
“Cada vez que notamos un coche vacío ofreciendo sus servicios al interior del Centro Histórico procedemos a conducirlo al Parque de la Marina, anoche un cuerpo de agentes se percata de la situación donde al parecer un grupo de familiares estaba paseando y condujo el coche hasta el Parque de la Marina”.
El funcionario señaló que una vez el cochero es llevado al parque de la Marina, se inician las protestas y por eso se presentaron los enfrentamientos.
Finalmente descartó que el agente de tránsito discriminara a la niña de nueve años por su color de piel y reiteró el llamado al gremio de cocheros para que se cumplan las normas establecidas en el decreto 0656 del 3 de junio de 2013, que establece que el lugar de parqueo es el Parque de La Marina.
La menor terminó celebrando su cumpleaños número nueve en el Parque de Marina acompañada de un grupo de periodistas y transeúntes que se encontraban en el lugar.
Cortesía: Periodistas de Cartagena
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