Al hablar con Karina Rojas Suárez, sacias tu espíritu de tranquilidad y lo llenas de alegría.
Es tan sorprendente, que en un abrir y cerrar de ojos se te ha olvidado su estatura y que eres muchos centímetros más alto.
Su magnífica actitud frente a la vida y su radiante sonrisa, te permiten ver más allá de su corta medida.
Kari, como sus amigos la llaman, es profesora del Colegio Eucarístico, y padece de un problema que afecta el crecimiento óseo de su cuerpo, y que le generó enanismo. Sin embargo, su grandeza la lleva en cada palabra que dice, en cada acto suyo, en su discursos y en lo que escribe, acciones en las que va dejando una enseñanza a quienes tienen la dicha de escucharla.
Además de dictar clases, es la coordinadora de la pastoral del Colegio Eucarístico, y ofrece conferencias tanto en Colombia como en el exterior.
ANÉCDOTAS
“No me imagino siendo otra”, dice Karina.
Cuenta que cuando niña su madre era sobreprotectora, y era su padre quien la lanzaba a que hiciera lo que ella quisiera.
“Mi niñez fue muy normal, yo veía que mis hermanos crecían más que yo, pero no preguntaba por qué”.
Los padres de Kari siempre la trataron como una niña normal y dejaban que se desarrollara como ella deseara. En su adolescencia jugaba basquetbol, bailaba, tenía muchas amigas y era muy divertida, como aún lo sigue siendo.
Para Karina hablar en público fue un reto, en su primer discurso tenía pánico, pero a ella le encantan los retos.
Se preparó para ofrecer su primera charla, que fue un éxito, ya que pudo descubrir en la reacción de las personas que la escuchaban, como dejaba en ellos una gran enseñanza y transformaba sus vidas.
Desde ese momento Karina no ha parado de hablar y de enseñar a los demás, desde su experiencia de vida.
Cuando nació los médicos decían que no podía vivir más de 10 años, que no podría caminar y que había la posibilidad de que la sociedad la apartara; pero le ha pasado todo lo contrario.
Ha cumplido 46 años y con su actitud le enseña a la sociedad, todos los días, a vivir sin discriminar a los demás por las diferencias de condiciones.
SUS RECOMENDACIONES
Con base en toda la experiencia que tiene de su labor social y de las enseñanzas que imparte, Karina recomienda a las personas con condiciones limitantes o normales, jamás dejar morir los niños interiores que llevan dentro.
Dice que cuando los matas o hieres, las cosas que te marcaron en tu niñez repercuten después en ti mismo. Entonces para ello tienes que reconciliarte con tu niño interior y reparar todo lo que ahora quieras mejorar de ti, para ser realmente feliz.
“No le eches la culpa a los demás de tus frustraciones o fracasos, tú eres quien puede llegar a superarlos”.
OTROS CONSEJOS
-¿Qué recomiendas a los padres para cuidar y cultivar el autoestima de sus hijos?
“Alimentarlos con cosas positivas, llenarlos de estímulos, hay chicos que hacen algo bueno y nunca reciben de sus padres un ‘muy bien’; si hacen cosas buenas reconocérselo, además dejarlos ser y hacer.
-¿Qué has aprendido de todo lo que has vivido?
“A sobre-exigirme. En la medida en que yo voy reflexionando voy viendo en la gente cosas que también me enseñan a mí, es como una retroalimentación; cuando interactúo con la gente me ayuda también a alimentar mi espíritu, ya que no puedo enseñar lo que no tengo en mi. Además he aprendido a reconocer en el otro, la fragilidad humana antes de juzgarlo. De esa manera he logrado que los demás también me vean más allá de mis centímetros”.
“Pienso que he sacado más provecho siendo como soy, que si hubiera sido una persona normal; ver como transformo y ayudo a los demás es sorprendente para mí”.
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