Rosa Elena Mena, 67 años, y Elvia Avilés Jiménez, 55, no se conocen, pero ayer, junto a otras 55 personas, recibieron viviendas nuevas en el megaproyecto Ciudad Bicentenario por parte del Distrito. La de Rosa Elena, una desplazada que desde 1997 soñó con tener una casa propia, fue una alegría rara, marcada por el llanto incesante y agradecimientos a Dios. Muy parecida a la de Elvia Avilez Jiménez, quien en la madrugada del martes 9 de noviembre por poco muere atrapada por una pared cuando su casa del barrio Nariño comenzó a desmoronarse, después del aguacero que inundó a casi toda Cartagena. A las 10 de la mañana de ayer, Rosa Elena, recorrió con la alcaldesa, Judith Pinedo, funcionarios de Corvivienda y de otras dependencias del Distrito las calles de la última etapa de Ciudad Bicentenario y pudo llegar a su casa de color amarillo, con una moldura blanca que resalta la entrada, la hace ver imponente. Ella misma abrió la puerta de metal y con seguridad pasó a la sala comedor y analizó todos los detalles. Preguntó por el extractor eólico que tienen en el techo las casas, cuya área construida es de 36 m2, pero el lote tiene 70 m2 para agrandarla, y la propia Alcaldesa le explicó que gracias a ese aparato su casa será fresca. “Ese sistema extrae el calor de la casa, por lo que estoy segura no necesitarás aire acondicionado”, le dijo Pinedo. La nueva propietaria entró a los cuartos, tocó las rústicas paredes de cemento y block, y dijo: “Con la primera platica que tenga la repello”. Caminó por la cocina e inspeccionó el baño y soltó una carcajada. El llanto le brotó cuando llegó al pequeño patio donde piensa sembrar plátano, tomate y hortalizas. “A mí me gusta cultivar y aquí tendré mi espacio para hacerlo”, recalcó la mujer. Rosa Elena no paró de llorar, sobretodo cuando recordó que le tocó huir de los actores armados en 1997 dejando su casa amplia y bonita en un pueblito del Chocó. “Llegamos al sector Cristo Rey, de San José de Los Campanos y allí hemos soportado varios inviernos. Nos hemos mudado en varias ocasiones porque la casa que habitábamos se mojaba más adentro que afuera. Es muy difícil convivir con la humedad ”, dijo. Rosa Elena, quien se gana la vida cocinando, se mudó ayer mismo a Ciudad Bicentenario. “Aquí espero vivir con tranquilidad. Fíjese le doy gracias a Dios y a la Alcaldesa. Yo me inundé y me quedé allí, esperando, hasta que al fin me llamaron y me entregaron mi casita donde viviré con mis nietos”, recalcó. A Rosa Elena le ayudarán los funcionarios del Distrito durante un tiempo para garantizar su adaptación. “Funcionarios del Plan de Emegerncia Social Pedro Romero, prestarán colaboración a las familias para que la convivencia sea exitosa”, remató Judith Pinedo. De la cumbre a... La casa de Elvia Avilez Jiménez, localizada en la calle de La Paz, en el barrio Nariño, donde vivía con sus 4 hijos y seis nietos, comenzó a desplomarse poco a poco después del aguacero del pasado martes 9 de noviembre. Por esa razón debió abandonarla. Ella y sus familiares alquilaron piezas muy cerca de Nariño y se quedaron viviendo allí, esperando una respuesta de la Alcaldía, debido a que su nombre apareció en los censos de personas que habitan en zonas de alto riesgo. Hace tres días funcionarios de Corvivienda le llevaron la buena nueva y por eso no dudo en salir del barrio Nariño, donde vivió por más de 35 años. “Yo estoy llorando de la emoción de tener una nueva casita, pero también porque allá dejé la otra parte de mi familia. Eso es duro”, dijo la mujer. “Doy las gracias a la Alcaldesa por haberme ayudado. Aquí empezaremos, junto a mi esposo, mi hija y un nieto, una nueva vida”, dijo. Entregarán otras 159 casas A la Ciudad Bicenteario se han mudado desde el pasado 11 de noviembre 57 familias, que se suman a 192 que habitan las casas desde hace un año. Antes del 1 de diciembre se entregan otras 159 viviendas. El costo total de las casas entregadas ayer, según las gerentes de Corvivienda, Marina Mosquera 29 millones de pesos. Esta urbanización cuenta con calles amplias, zona de parqueos, megacolegios, parques, estaciones de policía, hospitales, canchas deportivas y casa cultural. “A las familias no solo se les entregaron casas nuevas, sino un modelo de ciudad, porque los ojos de la administración han fijado su mirada en el acompañamiento de los programas sociales que beneficiarán a estas familias, algunas desplazadas por la violencia, otros reubicados y muchos cartageneros de los estratos 1, 2 y 3 que cumplieron con los requisitos para acceder a los subsidios”, dijo la Alcaldesa.
Cartagena
La alegría de tener casa nueva
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