Mirar al cielo tiene sus ventajas, más si se trata de las Gemínidas, que están de vuelta.
La esperada lluvia de meteoros tendrá su pico máximo entre las noches de domingo y lunes.
En el máximo podrían apreciarse unos 120 meteoros por hora, algo que ha sido casi una constante en los últimos años, pero hoy y el martes en la noche o miércoles pueden verse los brillantes meteoros, eso sí en menor número.
Las Gemínidas tendrán la noche despejada, es decir, no habrá Luna que interfiera con la observación, lo que es una garantía para el espectáculo.
Es la lluvia más esperada por los aficionados por la cantidad de meteoros, junto a las Perseidas de agosto, que caen en menor número.
¿QUÉ ES?
Una lluvia de meteoros se presenta cuando la Tierra cruza la trayectoria que tuvo en el pasado un cometa. Solo hay dos lluvias asociadas a asteroides, y las Gemínidas es una de ellas.
Cuando esos cuerpos viajan por el espacio, dejan una estela de material, pequeñas partículas que al ingresar a la atmósfera se queman y calientan mucho el aire alrededor, brillando con la característica forma de una estela de luz de corta duración.
Son partículas del tamaño de un grano de arena, de un milímetro y hasta menos, aunque en ocasiones algunas pueden ser más grandes.
Las Gemínidas se desplazan a unos 79.000 kilómetros por hora, 35 kilómetros por segundo, y se consumen a más de 80 kilómetros de altura en la atmósfera.
¿Por qué se llaman las Gemínidas? Porque parecen surgir de la constelación de Géminis. Todas las lluvias parecen surgir de algún punto del cielo y de él reciben su nombre: Perseidas, de Perseo; Leónidas de Leo, y así.
Ese sitio se denomina radiante, pero no quiere decir que hay que saber ubicar la constelación para poder observar. Solo que si se prolonga la línea que parecen trazar daría hacia la constelación.
Pero en una noche pueden observarse también algunos meteoros asociados a otras lluvias, que hay todo el año y varias se superponen por la misma época.
EL ASTEROIDE
Los meteoros de este fin de semana fueron dejados algún día por lo que hoy es el asteroide Phaeton 3200, que fue descubierto en 1983.
Esta lluvia decembrina comenzó a reconocerse como un fenómeno anual hacia los años 1860, pero su procedencia era un misterio.
Solo hace poco fue asociada con la trayectoria seguida por el asteroide, un cuerpo de 5 kilómetros de longitud que sigue una órbita que lo aproxima al Sol más que ninguno otro, por lo que astrónomos lo llaman el cometa de roca que suelta material cada vez que se acerca al Sol, pues su superficie se calienta hasta unos 700 grados centígrados.
Para algunos, se trata de un cometa apagado.
Durante los siglos esas partículas se han diseminado por toda la órbita formando lo que podría llamarse un río de escombros que la Tierra cruza cada año hacia mediados de diciembre.
Géminis, con sus brillantes estrellas Castor y Pollux, aparece estos días por oriente hacia las 8 de la noche, por lo que hacia la medianoche estará en el cenit y la lluvia comenzará a verse en todo su esplendor.
La lluvia de meteoros o estrellas como se le llama en muchas partes, es uno de los espectáculos celestes más notables y llamativos.
Martin Barstow, presidente de la Real Sociedad Astronómica del Reino Unido, invita a la gente a salir y dar una mirada al cielo.
“Una buena lluvia de meteoros es una vista espectacular. Si usted goza de cielos despejados, hay pocas formas mejores y más fáciles de conocer el dinamismo del universo en el que vivimos y de cómo la Tierra está conectada directamente con eventos en el resto del Sistema Solar”.
Todo un fin de semana para disfrutar de las Gemínidas, más ahora que el tiempo ha mejorado y los cielos lucen más despejados. Vale la pena.
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