La ciencia y la tecnología siempre tendrán al año 1957 en una estantería de lujo. El 3 de marzo, llegó el primer computador a Colombia; y, entre abril y diciembre, Estados Unidos detonó, a modo de prueba, múltiples bombas atómicas, incluyendo las poco conocidas de hidrogeno, en un paraje desértico de Nevada para analizar las consecuencias de una explosión accidental y perfeccionar su poder bélico. (Lea: Marte: ¿Plata y tiempo perdidos? Científicos recomiendan ir primero a Venus)
Sin embargo, el culmen científico de ese año fue el lanzamiento exitoso de Sputnik 1, satélite en ruso, el primer satélite de fabricación humana, de origen soviético, en llegar al Espacio. El hito sucedió un día como hoy 4 de octubre, por lo que se conmemoran 65 años de haberse fundado la carrera espacial.
Una esfera metálica, el inicio
En el anochecer del 4 de octubre de 1957, el resquemor que la Unión Soviética provocaba en gran parte del mundo occidental se transformó en estupor ante el inminente lanzamiento del satélite. Sucedió en el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, luego de varios meses de atrasos, pruebas logísticas y fallas técnicas.
El primer satélite artificial puesto en órbita fue bautizado como Sputnik 1. Consistía en una esfera de aluminio del tamaño de una pelota de playa con cerca de 58 centímetros de diámetro y con un peso de poco más de 80 kilos, con cuatro largas y finas antenas que la hacían parecer una pelota de bádminton.
“Las siguientes tres semanas, hasta que sus baterías se agotaron, el Sputnik 1 envió señales que pudieron ser captadas por miles de personas, en su mayoría radioaficionados, a lo largo y ancho del planeta, sumadas a las que pudieron verlo como un destello brillante en el cielo con unos simples binoculares”, narró Santiago Vargas, astrofísico del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de Colombia.
Sputnik 1 representó el primer gran paso para la humanidad en su inquietud científica de colonizar el Espacio para su estudio; no obstante, en aquella época supuso un paso de gigante para el motor propagandístico soviético en plena Guerra Fría contra los Estados Unidos, quienes años más tarde respondieron con Neil Armstrong caminando por la Luna en 1969, el primer hombre en hacerlo.
Sin embargo, por mucho tiempo imperó el dominio soviético en el Espacio. Dos años más tarde de Sputnik 1, otro artefacto ruso, el satélite Sputnik 2, llevó por primera vez al espacio un ser viviente, la reconocida perra Laika. Su siguiente desafío fue enviar al primer hombre al Espacio, el cosmonauta Yuri Gagarin, el 12 de abril de 1961.
El legado
Más allá de las tensiones políticas entre las dos potencias, Sputnik 1 fue más allá de ser un artilugio innovador y se convirtió en el agua que bautizó la conquista mundial del Cosmos, al impulsar la carrera espacial rusa y estadounidense.
“El invento de los soviéticos fue el detonante para el increíble avance en la carrera espacial que tendría lugar en la siguiente década, motivando de manera excepcional al programa espacial de Estados Unidos y llevándolos a poner seres humanos en la Luna en 1969. Sin embargo, pocos vaticinaban las enormes transformaciones en la vida de los seres humanos que estaban por llegar de la mano de la tecnología satelital”, precisó Vargas en un texto publicado por El Tiempo.
Y agregó: “Desde el Sputnik se tiene un registro de cualquier objeto artificial que esté orbitando nuestro planeta que tenga más de 10 centímetros de diámetro. Hay unos 25.000 objetos en ese listado, aunque la mayoría ha finalizado su operación, convirtiéndose muchos de ellos en basura espacial y otros siguiendo los pasos del primero y desintegrándose a su reingreso en la atmósfera terrestre.
Unos 4.000 satélites artificiales funcionan en la actualidad con múltiples tareas a cargo, y muchos de ellos pertenecen a empresas privadas, los nuevos actores del sector espacial. En los próximos años, empresas como Starlink, OneWeb o Amazon planean lanzar más de 100.000 nuevos satélites, según el registro que proporcionó el astrofísico.
Tras el éxito de Sputnik 1 y la alfombra roja que la Unión Soviética desplegó en la carrera espacial, la ciencia en la Tierra pensó que más temprano que tarde los rusos enviarían un hombre a la Luna. Según los expertos ese iba a ser el cosmonauta Alexei Leonov; sin embargo, la falta de financiación y de investigación, en contraste con el crescendo tecnológico de la NASA, no permitió la gesta.
Luego que el soviético Yuri Gagarin se convirtiera en el primer hombre en viajar al Espacio los rusos fueron de fracaso en fracaso. “Los mandatarios comunistas decidieron dividir su programa espacial en dos para que compitieran entre sí; la experiencia fue un gran fiasco”, expuso la historiadora Paca Pérez. El resto de la historia... todos la conocen al ver a los telescopios estadounidenses James Webb y al Hubble como las grandes lanzas de la astronomía actual.
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