Sorpresa. No hay otro término para calificar la reacción que en el país suscitó la renuncia del senador Álvaro Uribe Vélez al Congreso de la República, todo por cuenta del llamado a indagatoria que en su contra hizo la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia. (Lea aquí: Uribe es llamado a indagatoria por Corte Suprema y renunciará al Senado)
Una “bomba” que explotó pasadas las tres de la tarde de este martes y que está ligada a un proceso que se originó por una acción que el propio expresidente emprendió contra el hoy senador Iván Cepeda, a quien señaló de manipular testigos, y sobre la cual la Sala Penal se abstuvo de abrir un proceso contra Cepeda y en cambio compulsó copias contra el denunciante: Álvaro Uribe.
Pero la decisión de este martes es uno más de los choques entre el líder del Centro Democrático y la Corte Suprema.
En junio de 2010, por ejemplo, Uribe demandó a quien fuera el presidente de la Corte Suprema de Justicia, el exmagistrado Yesid Ramírez Bastidas, a quien señaló de incurrir en prevaricato. Este caso llegó a la Comisión de Acusación e Investigación de la Cámara de Representantes.
Esta reacción, una de las muchas que se dieron desde la Casa de Nariño en el periodo Uribe, se dio ante la decisión de la Sala Penal de pedirle a la Fiscalía General de la Nación que investigará a Tomás Uribe, hijo del expresidente, por su supuesta vinculación al escándalo de las notarías, las mismas de las que se dijo habrían sido repartidas para concretar el aval en pro de la aprobación del segundo mandato del exmandatario, quien para entonces calificó a la Corte de actuar con odio y de incurrir en prevaricato. La respuesta del alto tribunal fue rotunda y cerró filas en torno a Ramírez. No obstante, la investigación contra Tomás Uribe fue archivada en el año 2012.
Otro de los roces que tuvo el gobierno del expresidente Uribe con la Corte estuvo relacionado con la declaratoria de inviabilidad de la terna para Fiscal General de la Nación, época en la que los nombres que protagonizaron el choque fueron el del entonces presidente del alto tribunal, Augusto Ibáñez, el exvicepresidente Francisco Santos, el del exministro de Defensa Camilo Ospina y el de la exmagistrada Margarita Cabello Blanco, estos últimos aspirantes al cargo.
En esta oportunidad se habló de supuestas dádivas y nombramientos de familiares de magistrados en cargos en la Fiscalía para alcanzar el favor del alto tribunal y llegar a la dirección de la Fiscalía General. En medio de estas suspicacias, Camilo Ospina renunció a su aspiración, pues la Corte tardó varias semanas en el proceso de escogencia.
Además se hizo pública otra denuncia en la que el exmagistrado de la Sala Laboral Luis Javier Osorio dijo que intermediarios supuestamente le ofrecieron un alto cargo en la Fiscalía de Medellín, siempre que votara por Margarita Cabello Blanco, ternada por Álvaro Uribe. El choque terminó con la declaratoria de inviabilidad de la terna a Fiscal presentada por el Presidente Uribe (2009). En este marco, desde el Gobierno Uribe se llegó a calificar a la Corte como “golpista”.
Para mediados de 2008, el nombre que se convirtió en protagonista fue el de la excongresista Yidis Medina, quien se autoincriminó en cuanto al delito de cohecho, el cual relacionó con la votación en favor del proyecto de reelección presidencial de Uribe Vélez.
“La trampa del poder del terrorismo agónico, para la cual se han prestado magistrados de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, no parece tener solución judicial”, dijo en ese entonces Uribe, reacción ocasionada por la compulsa de copias a la Fiscalía y a la Procuraduría para investigar a integrantes del gabinete del Gobierno, a lo cual se sumaron fuertes cuestionamientos a la legitimidad del proyecto que motivó la reelección presidencial.
Ese fue el conocido caso de la ‘Yidispolítica’, que se sumó al caso de ‘Tasmania’, en octubre de 2007. “Cuidado, la justicia tampoco puede ser golpista y lo sería en la medida que llegara a violar el Estado de Derecho y a salir a través de procedimientos ilícitos, indecentes, con resultados contrarios a la realidad”, indicó para esa época Uribe en el programa La Noche de RCN.
(Lea aquí: Personalidades políticas reaccionan a la renuncia de Uribe al Senado)
La razón de dicha manifestación estuvo vinculada con las indagaciones que desde la Corte lideraba el titular de la llamada investigación conocida como la ‘parapolítica’. Se trató del exmagistrado auxiliar Iván Velásquez, quien, como en el caso de Yesid Ramírez, fue rodeado de manera unánime por la Corte Suprema de Justicia.
De Velásquez se corrieron rumores desde el Ejecutivo –luego desvirtuados– acerca de que intentó comprar testigos. “No hay ningún complot en su contra”, le respondió la Corte a la Casa de Nariño y de paso exigió “respeto” por las labores de investigación y de juzgamiento que se cumplían en el alto tribunal.
El origen de este último enfrentamiento la dio la charla que el magistrado auxiliar mantuvo con el paramilitar José Moncada, conocido con el alias de ‘Tasmania’, y quien en una carta enviada al Presidente de la República, asegura que Velásquez lo quería perjudicar, según el entender del expara. “Es lo único que le interesa. A cambio entrega lo que sea”, dijo Tasmania.
Sin embargo, en junio de 2008, alias Tasmania se retractó de las denuncias, por lo que desde entonces se acuñó el término de ‘falsos testigos’. Tiempo después, la Fiscalía precisó que Velásquez había sido seguido e interceptado por el DAS de manera ilegal, uno de los tantos seguimientos subrepticios que hizo el organismo de seguridad en medio de lo que se conoció como ‘las chuzadas del DAS’, las cuales también afectaron a periodistas y dirigentes de la oposición.
César Julio Copete fue otro de los expresidentes de la Corte Suprema de Justicia que se vio enfrentado a las denuncias de Uribe. Era enero de 2008 cuando Copete conoció la decisión de Álvaro Uribe de denunciarlo por injuria y calumnia. Y es que Copete señaló públicamente que Uribe lo llamó, molesto el 26 de septiembre de 2007, para preguntarle por el caso que en la Corte se seguía contra Mario Uribe, primo del expresidente y quien estaba en la mira de la Sala Penal por vínculos de políticos con grupos paramilitares.
Comentarios ()