Comenzaron a llegar desde el sábado pasado en la mañana. Poco a poco se fueron acomodando frente al Coliseo Cubierto El Campín, donde prendieron fogatas e instalaron improvisados sitios de descanso. Muchos de ellos venían con niños y esposa y algunas personas de la tercera edad.
A ellos, que ya este medio eran más de 15 mil representantes de las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinos de casi todas las regiones de Colombia, los une un mismo propósito: exigirle al Gobierno Nacional que cumpla los acuerdos suscritos en octubre del año pasado y que permitieron levantar el paro agrario que se extendió por más de un mes.
Sentados a la afueras del Coliseo el Campín, y algunos de ellos con actitudes hostiles hacia los periodistas que cubría el evento, la marcha comenzó por la carrera 30 hacia el la calle 45 y de ahí hasta la carrera Séptima para terminar en la Plaza de Bolívar.
Allí, los promotores de la marcha leerán, en horas de la tarde, un manifiesto exigiendo del Ejecutivo que asuma los compromisos pactados el año pasado. De lo contrario, dicen que ya tienen todo preparado para iniciar un nuevo paro campesino a nivel nacional el próximo 28 de abril.
“Exigimos el cumplimiento de los cuerdos, el mejoramiento de las condiciones de respeto hacia nuestros derechos humanos, el rechazo a la megaminería que está deteriorando nuestro medio ambiente, rechazamos todos los tratados de libre comercio y pedimos la derogatoria de la ley de semillas, y demandamos protección al pequeño productor campesino”, dijo Feliciano Valencia, uno de los voceros del movimiento.
Cesar Jerez, vocero de la Asociación de Pequeños Campesinos se lamentó de que “la economía campesina se volvió inviable”, mientras que César Pachón, de Dignidad Cafetera, dijo que el Gobierno Nacional “siempre nos ha incumplido”.
A esta hora la marcha avanza en calma, aunque custodiada por el Esmad de la Policía Nacional. En varios sectores de la capital del país se registran monumentales trancones viales.
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