En unos meses, cuando Juan Manuel Santos empiece a hacer sus memorias de gobierno deberá recordar dos momentos políticos en los que él y su gente le creyeron a ojo cerrado a las encuestas.
Una fue en mayo de 2014 cuando competía por la reelección presidencial. Prácticamente todos los guarismos lo daban como ganador, al menos de la primera vuelta. Sin embargo la realidad fue otra, perdió y por más cerca de 450 mil votos con su contradictor Óscar Iván Zuluaga.
El segundo momento al que las encuestas le sacaron literalmente canas a Santo fue para la votación del plebiscito que buscaba refrendar los acuerdos con las Farc, en ninguna salía perdiendo y la victoria en las menos optimistas de las encuestas le daban un triunfo al Sí, por encima del 10 por ciento.
Pero siguen siendo las encuestas el tensiómetro político que más miden los ánimos electorales, para la muestra lo que está pasando por esta época en donde aparecen a la cabeza de ellas el exvicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras y el exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro Urrego.
Y si fueran las encuestas una realidad política que permanece en el tiempo, y no sólo la fotografía de un momento, sería posible pensar que si las elecciones fueran ya Vargas y Petro ganaría, aunque no les alcanzaría para ganar en primera vuelta, lo que les obliga a buscar alianzas. Y son estas alianzas las que precisamente no se miden en las encuestas, esas que deben estar construyendo cada uno de ellos, aunque con escenarios completamente diferentes.
EL ESCENARIO VARGAS
¿Pero cómo es el escenario que debe enfrentar el jefe de Cambio Radical para tener socios de peso? En primer lugar Vargas Lleras le está apostando a que sus listas para Senado y Cámara en el 2018 casi que se doblen. El objetivo según dijo el director del partido, Jorge Enrique Vélez, es duplicarse. Eso significaría que pasarían de 9 senadores a, por lo menos, 15; y en la Cámara treparse a tener, al menos, 25 representantes, en la actualidad son 14.
Eso le daría a Vargas relativamente el segundo o tercer partido del Congreso, lo que le ayudaría a que llegue con más de dos millones de votos a la primera vuelta presidencial. Si no saca un caudal alto, le sería muy difícil presionar a posibles aliados para que le apoyen, entre ellos al liberalismo y la U.
El analista John Mario Gonzáles sostiene que “la urgencia de Vargas ahora es buscar aliados dentro de los demás candidatos presidenciales. Hoy Vargas está muy sólo en la centro derecha, como le pasa a Gustavo Petro que está muy solo en la centro-izquierda”.
Vargas, en opinión del analista, puede ser fuerte en las elecciones legislativas, pero no tiene fácil consolidar una coalición multipartidista. Considera que dentro de la estrategia que deberá manejar es mostrar que no sólo lo rodea la dirigencia política tradicional.
Considera que el voto de opinión aún no se refleja en las encuestas, y por eso será un sector en donde Vargas le apostará parte de su actividad política durante la campaña presidencial.
Para una segunda vuelta, proyecta el analista, que el jefe de Cambio podría tener muchas opciones. Desde consolidar una coalición de derecha, en donde esté el uribismo. Un escenario más que se le abriría es la Unidad Nacional dos, es decir, que le apoye el liberalismo, la U y un sector de los conservadores, tal y como aconteció con el presidente Juan Manuel Santos.
EL ESCENARIO PETRO
Pero mientras que al exvicepresidente el horizonte político le es más claro, para el exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro las cosas no le son igual, pese a que en la fotografía de las encuestas en la actualidad esté punteando.
Uno de los primeros problemas que afronta el jefe de Progresistas es una sanción fiscal que le impuso la Contraloría de Bogotá el año pasado por más de 210.000 millones de pesos como responsable de haber rebajado el pasaje de Transmilenio, sin importar que la empresa financieramente no era viable para ello.
Esta situación ya ha llevado a varias interpretaciones sobre su futuro legal. El profesor Andrés Felipe Bernal considera que Petro está inhabilitado para ser presidente de la República, porque esa deuda no le permitiría posesionarse si llega a ganar la Presidencia.
“Él puede participar, pero la inhabilidad opera como restricción al momento de la posesión, tiene una deuda con el tesoro público, pero le sería casi imposible de pagar”, señaló.
Para Bernal acá vendría una estrategia jurídica que Petro quien buscaría, similar a como lo hizo con el entonces procurador Alejandro Ordóñez quien lo destituyó. En este caso interpondría reclamaciones antes los jueces colombianos con una tutelatón y así recurrir a las cortes internacionales.
El magistrado del Consejo Nacional Electoral, Armando Novoa, coincide en ese postulado y dice que de ganar Petro, la única salida es que pague. “Se puede inscribir como candidato, participar, pero no posesionarse con base a la legislación actual”.
En lo político, el analista John Mario González, cree que no ve viable a Petro como candidato por varias razones, “su fracaso administrativo inmenso en Bogotá, su propuesta política y social atada a la base chavista y que demostró que en época de vacas gordas se aprovechó de ellas, pero en este momento no las tiene”.
Sobre posibles aliados, dice que no lo ve cerca de la posible alianza que llegarían a sellar Claudia López, Jorge Enrique Robledo y Sergio Fajardo, “hoy es un hombre de pocos amigos en la izquierda, además representa una propuesta quedada, y ya está en su techo”.
Una nueva unidad entre él y Clara López tampoco sería tan fácil de sellar. La exministra se ve más cercana a la coalición que se daría entre los liberales y la U, esto para dar continuidad al proceso de paz y sus compromisos.
Petro deberá además buscar firmas para inscribirse. Para eso está esperando que sea aprobada la reforma electoral que va vía fast track en el Congreso lo que le llevaría a conseguir sólo 85 mil firmas, de lo contrario si debe salir a buscar, al menos, 300 mil.
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