Después de dos años de asumir como Ministra de Educación y tras afrontar debates recientes como el de las cartillas de educación sexual en los colegios, ayer renunció la ministra Gina Parody, quien no especificó el motivo de su salida. Entre los pendientes que deja están la entrega de las cerca de 28.000 aulas y mejorar el Programa de Alimentación Escolar, PAE.
Parody, en rueda de prensa, destacó que se siente orgullosa de los logros que dejó en materia de educación: “Hoy más de 500.000 estudiantes pueden asistir al colegio ocho horas diarias, en Jornada Única, pasando menos horas en la calle y más tiempo en las clases. Ya entregamos más de 3.500 aulas,
y está en marcha un ambicioso plan de infraestructura para entregarle, en total, 30.000 aulas a los niños de todas las regiones de Colombia. Esto permitirá cubrir el 60 % del déficit de infraestructura educativa del país”.
Los factores
A pesar de las cuentas de la ministra Parody, los analistas advierten que su salida se da porque no logró el apoyo del Gobierno frente a las cartillas y además, porque no logró los resultados esperados en el plebiscito. Todos destacan que no es lo ideal que un ministro de Educación dure tan poco tiempo en el cargo.
Francisco Cajiao, experto en educación, dijo que le dio “malestar” la renuncia de Parody porque más allá de lo normal, que es que los ministros roten, “no dejo de asociar la salida de ella con todo el tema de la sexualidad y de las cartillas y creo que ese es un precedente muy malo para un país que pretende encontrar vías de convivencia, de tolerancia y paz”.
Indicó que no asocia la renuncia de Parody con el plebiscito. “Como ciudadano me queda claro que ella se retira con el pretexto de trabajar en el plebiscito, justo 15 días después de un escándalo en el que prácticamente le hicieron un juicio. Además, durante toda la campaña del plebiscito no apareció. Su cabeza la pidieron las fuerzas de varias vertientes del país. Si todos los que estaban haciendo la paz se tuvieran que ir, no quedaría nadie”.
Frente a los pendientes del Ministerio, dijo que queda pendiente un asunto complejo que es el de la educación terciaria “que se impulsó con mucha fuerza y luego no se volvió a hablar de eso”.
Ciro Parra, decano de la Facultad de Educación de la Universidad de La Sabana, indicó que Parody comprometió su patrimonio político en el plebiscito. “No creo que su salida sea lo mejor para el Ministerio porque se puede comprometer la continuidad de una políticas importantes en formación de docentes y el Plan Decenal de Educación que venía liderando. También creo que las cartillas le hizo mella a su gestión porque la puso en contra vía de un buen número de padres de familia, incluso con colectivos docentes. Aunque no creo que ese sea el detonante de su salida”.
Indicó que espera que el nuevo ministro no pierda programas como Ser pilo paga. “Hay muchas tareas en el Ministerio iniciadas que corren el riesgo de perderse: primera infancia, Ser pilo paga, formación de los docentes, bilingüismo, educación inicial, articulación con De Cero a Siempre. Para mí un pendiente grueso es que este año se debe realizar el concurso docente ya que hay cerca de 15.000 maestros para jubilación forzosa”.
Los contrastes
Isabel Segovia, exviceministra de Educación, indicó que Parody hace rato no era ministra y ya era hora de que renunciara. “A personas como yo, a quienes nos importa el sector, es doloroso que ese ministerio se use políticamente. Considero que su renuncia fue acordada desde las cartillas, luego ella decide hacerle campaña al plebiscito y fuera de eso también le sale mal”.
Entre los pendientes que deja Parody, según Segovia, están todos los temas de educación ya que según la experta “ese Ministerio desde hace un año no tenía ministro. En el último año ella ha estado politiqueando, es lo que sabe hacer”.
José Manuel Restrepo, rector de la Universidad del Rosario, dijo que la gestión de la ministra tiene puntos para destacar como el compromiso que tenía con la igualdad de oportunidades y el acceso a la educación de calidad a niños y jóvenes. “Creo que los avances que se lograron en infraestructura, jornada única y el programa Ser pilo paga ha sido instrumento para que muchos jóvenes tengan acceso a la educación superior”.
Indicó que su preocupación se centra en que un ministro de educación debe durar en el cargo más de dos años para garantizar continuidad de políticas públicas.
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